Científicos argentinos hallan restos de un nuevo dinosaurio gigante en Neuquén
Hace 21 años, en el departamento de Los Barreales, en Neuquén, paleontólogos argentinos descubrieron restos de un dinosaurio Futalognkosaurus, un gigantesco herbívoro que perteneció al Cretácico Superior, hace 90 millones de años.
Según informó ayer La Mañana de Neuquén, un nuevo
dinosaurio similar fue descubierto gracias a la bajante del lago Los Barreales.
Los primeros huesos hallados se encontraban cerca de aquel gigante descubierto
en tierras pertenecientes a la comunidad Paynemil, a 97 kilómetros de la
capital provincial, un yacimiento del período Cretácico de cuando convivieron
dinosaurios herbívoros y carnívoros de casi 40 metros de largo o alto.
El Futalognkosaurus es una de las naves insignias de
la paleontología de Neuquén. No solamente se encontró, en 2000, el 70% de su
esqueleto, sino que su rescate le dio vida al parque geopaleontológico Proyecto
Dino de la Universidad Nacional del Comahue en el lago Barreales. Si bien el
paleontólogo Jorge Calvo aclara que los dinos “no tienen sexo, al menos que
haya una evidencia que lo confirme”, lo cierto es que los primeros huesos
encontrados se ubican a poca distancia desde donde se extrajo el Futalognko, de
30 metros de altura.
En tren de formular hipótesis, Calvo sostiene que
tampoco se debería desestimar que los restos pertenezcan incluso a un “hijo”
del Futalognko, aunque, claro está, todavía faltan una serie de investigaciones
y estudios para confirmar tales presunciones.
El equipo liderado por Calvo trabaja contra reloj,
ya que la bajante del lago Barreales es la que permitió dejar al descubierto
los fósiles que volverán a quedar abajo del agua dentro de un mes,
aproximadamente. El escenario en el cual se movía la familia de los Futalognko
era la formación Portezuelo, que incluye a Barreales y a la zona del mismo
nombre en cercanías de Cutral Co.
En el Cretácico Superior, todo el territorio
neuquino era similar a la selva de Misiones, con árboles de más de 40 metros de
altura que requería a los saurópodos desarrollar los cuellos de largas
dimensiones para alcanzar las hojas de las que se alimentaban.
Era una auténtica tierra de gigantes, aunque también
era suelo propicio para que hagan de las suyas los carnívoros megarraptors,
cuyos huesos también se encuentran en Proyecto Dino.
Calvo dijo que los trabajos que se realizan desde la
semana pasada son posibles gracias a las autorizaciones del área de Cultura
provincial y a la comunidad Paynemil.
Junto con Calvo trabajan los geólogos Federico
Narváez y Gabriel Asencio, el técnico paleontológico Juan Mansilla y el
colaborador Nicolás Fuentes, quienes están completando los estudios
tafonómicos, algo parecido a lo que realizan los peritos forenses tras el
hallazgo de un cadáver.
.-
Comentarios
Publicar un comentario