La medusa simbionte se adaptará a futuras condiciones del mar
Las medusas de la especie "Cotylorhiza tuberculata", cuya presencia en el mar Mediterráneo ha aumentado de forma exponencial en las últimas décadas, serán capaces de adaptarse y sobrevivir al calentamiento y la acidificación de las aguas previstos por el Panel de Cambio Climático (IPCC) para 2100, según un estudio del CSIC.
En
concreto, los investigadores del Instituto de Ciencias Marinas de Andalucía
(ICMAN-CSIC) han analizado, en condiciones de laboratorio, cómo afectarían los
cambios en la acidificación de los océanos -causada por la absorción de CO2 del
agua- y el aumento de la temperatura del mar sobre la reproducción asexual y la
dinámica poblacional de esta especie, frecuente en el Mediterráneo.
Para
realizar el estudio, publicado este miércoles en la revista PLOS ONE, los
científicos reprodujeron "las condiciones futuras esperadas en el mar
Mediterráneo -para el año 2100- bajo un escenario de elevadas emisiones de
CO2", ha explicado la investigadora principal del estudio y miembro del
ICMAN-CSIC, Angélica Enrique-Navarro.
Bajo
esas condiciones, el equipo descubrió que los pólipos "se reproducen
prolíficamente", indica un comunicado del Consejo Superior de
Investigaciones Científicas (CSIC).
De
hecho, señalan que las apariciones masivas de este tipo de medusa que se han
vivido en las últimas décadas por toda la costa mediterránea, con especial
incidencia en la laguna del mar Menor (Murcia), responden ,además de al aumento
de la acidez y de las temperaturas del mar, a otros factores antropogénicos,
como la sobrepesca y la eutrofización.
Sin
embargo, estas condiciones más beneficiosas para las medusas serían
perjudiciales para la supervivencia de otras especies más vulnerables, que
acabarían siendo desplazadas, de acuerdo con el estudio.
Esta
alta tolerancia de las medusas a los cambios ambientales se corresponde con su
fase asexual bentónica, en la que adoptan la forma de pequeños pólipos
milimétricos que viven anclados al substrato marino.
Esta
etapa temprana de su ciclo de vida polimórfico permite al organismo
"llevar a cabo una aclimatación gradual a largo plazo, adaptándose a las
condiciones de temperatura y acidificación previstas", detalla
Enrique-Navarro, lo que facilita su posterior supervivencia, a pesar de las
condiciones cambiantes del entorno.
A
esta adaptación contribuye la relación de simbiosis que les une con la
microalga "zooxantelas", que la científica del ICMAN-CSIC precisa que
modula los efectos negativos del descenso de pH.
Por
el contrario, alerta de que el calentamiento y la acidificación sí podrán
afectar a la fase de transición de pólipo a medusa y la formación de éfiras,
comprometiendo su supervivencia.
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