Nuevos fósiles muestran cómo eran los cerebros ancestrales de los artrópodos
Los fósiles que conservan restos de tejido cerebral son extremadamente raros; sin embargo, dos con 500 millones de años de antigüedad encontrados en China han servido para que un equipo, con participación española, arroje luz sobre la evolución de los artrópodos.
Un estudio liderado por Nicholas Strausfeld de la
Universidad de Arizona (EE.UU) y que publica hoy "Current Biology"
describe dos fósiles en gran estado de conservación de Leanchoilia, que
pertenecía al grupo de los artrópodos, que incluye insectos, crustáceos, arañas
o ciempiés.
Los fósiles, encontrados en la formación geológica
de Kaili (China), se remontan al periodo Cámbrico y conservan parte de los
tejidos blandos, probablemente porque estaban en rocas sedimentarias con altas
concentraciones de hierro, lo que pudo ayudó a preservarlos y ser sustituidos
después por depósitos de carbono.
"Los sistemas nerviosos, al igual que otros
tejidos blandos, son difíciles de fosilizar", esto hace que el estudio de
la evolución temprana de los sistemas neuronales "sea una tarea
difícil", señaló uno de los autores, Pedro Martínez, de la Universidad de
Barcelona.
Gracias al buen estado de conservación de los
restos, el equipo identificó con gran detalle estructuras que deben de haber
contribuido al cerebro arquetípico que han heredado todos los artrópodos.
Los fósiles confirman la primera evidencia -prevista
por estudios anteriores- de un dominio frontal extremo del cerebro que no está
segmentado y es invisible en los artrópodos adultos modernos.
Además, arrojan nueva luz sobre el origen evolutivo
de dos sistemas visuales distintos en la evolución de los artrópodos: los pares
de ojos que miran hacia delante o los que miran hacia los lados, cuyos
descendientes siguen presentes en las especies que viven hoy en día.
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