Un pequeño cráneo fósil de primate da un vuelco a las teorías evolutivas

Este cráneo fosilizado diminuto –de la especie Chilecebus carrascoensis– ha dado un vuelco a las teorías evolutivas. Se pensaba que los cráneos (y cerebros) de los primates antropoides fueron aumentando de tamaño con el paso del tiempo: el Chilecebus demuestra que esa evolución fue más compleja de lo que se creía y que «hubo episodios de reducción real del tamaño relativo del cerebro en ciertos grupos», en palabras de John Flynn, del Museo Americano de Historia Natural.

Este monito era un animal diurno con un cerebro más desarrollado de lo que se creía

«Sabemos poco de cuándo comenzó a engrandecerse el cerebro humano», ha explicado Xijun Ni, investigador de la Academia de Ciencias de China, uno de los participantes en el estudio de la calaverita del Chilecebus.

Sabemos poco porque apenas se han encontrado fósiles bien conservados de época tan antigua. Es otro valor añadido a esta pieza única: el cráneo del Chilecebus  carrascoensis (llamado así porque lo encontró el paleontólogo chileno Gabriel Carrasco) se ha conservado tan bien que ha facilitado a los estudiosos interesante información.

Se ha
averiguado, por ejemplo, que su Coeficiente de Encefalización (un baremo que indica la proporción del tamaño del cuerpo y el de la cabeza), era escaso. O sea, que este monito que correteaba por los Andes chilenos hace 20 millones de años tenía la cabeza pequeña en relación a su cuerpo.

Las tomografías computarizadas han mostrado también que sus sistemas olfativos y visuales no estaban compensados: es habitual que sí se compensen y que cuando hay poco olfato la vista se desarrolle más y viceversa. Ambos sistemas estaban menos relaciones de lo que están ahora en los simios.

Los investigadores de Estados Unidos y China que lo han examinado también han descubierto que era un animal diurno, así lo indica el tamaño de la apertura para el nervio óptico.

Y una sorpresa añadida ha sido comprobar que su cerebro diminuto tenía al menos siete pares de surcos y era asombrosamente complejo para un primate tan antiguo.

El Chilecebus es pequeñito pero contiene mucha información.

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