¿Es posible sobrevivir en un mundo sin insectos?
Los insectos constituyen en torno al 90% de todas las especies animales del mundo. Además son el grupo más numeroso de seres vivos; suponen unas dos terceras partes de la vida en la tierra.
Solo por
hacerse una idea si se contaran, tendríamos en torno a 1.400 millones de
insectos (de unas 5,5 millones de especies distintas) existentes por cada
persona viva. Muchos todavía son grandes desconocidos para la ciencia. Hay un
millón de variedades ya catalogadas, pero se calcula que 4,5 millones están por
descubrir.
A pesar de su abundancia, numerosos estudios apuntan
desde hace años, a que son los seres vivos más amenazados de la Tierra. Según
la Plataforma Intergubernamental Científico-normativa sobre Diversidad
Biológica y Servicios de los Ecosistemas (Ipbes) afirma que en base a los datos
disponibles, un 10% de estas especies podrían estar en peligro de desaparecer.
Los datos son tan alarmantes que se dice que los insectos son los que mejor
ejemplifican uno de los grandes problemas medioambientales de esta generación:
la sexta extinción masiva de especies.
«Un primer análisis de la Universidad de Sydney de
2018 compilaba información de varios estudios realizados a nivel regional. El
análisis concluía que el 41% de las especies está en declive, y que un tercio
de los insectos está en peligro de extinción. Aunque advierten de que las
pruebas disponibles siguen siendo poco consistentes, los investigadores han
calculado que la biomasa total de insectos está descendiendo a razón de un 2,5
% anual», dice el Atlas de Insectos, una publicación de 2020 realizada por
Amigos de la Tierra Internacional y la Fundación Heinrich Boll.
«El número de especies desaparecidas es devastador.
Como evidencia científica, además de los estudios publicados, uno solo tiene que
visitar la colección entomológica de un museo para darse cuenta de la cantidad
de especies que no están presentes en la actualidad. Además, en muchas
ocasiones podemos ver, gracias a la fecha de captura que se refleja en las
etiquetas, cómo la abundancia de esas especies fue disminuyendo a lo largo del
tiempo hasta terminar desapareciendo. Otra manera todavía más sencilla de
comprender cómo han descendido las poblaciones de insectos es preguntar a los
más mayores, especialmente a aquellas personas que frecuentaban el campo. Todos
ellos coinciden en cómo ha disminuido la cantidad de individuos que podían ver,
explica Pilar Jurado Angulo, miembro del grupo de investigación de Mario García
París en el Museo Nacional de Ciencias Naturales / LEER NOTICIA COMPLETA
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