Hallan el ancestro evolutivo de lagartos y serpientes
Se confirma que una especie extinta, llamada Taytalura alcoberi, es el ancestro evolutivo de lagartos y serpientes. El descubrimiento de los restos de este reptil reveló su carácter excepcional y los resultados de los análisis, presentados años después, lo corroboran.
En el año 2001, un equipo paleontológico liderado
por Ricardo N. Martínez, director del Área de Paleontología del Museo de
Ciencias Naturales de la Universidad Nacional de San Juan en Argentina, halló
en el Parque Provincial Ischigualasto (Provincia de San Juan) un minúsculo
cráneo de un pequeño reptil junto a su mandíbula, de solo dos centímetros de
tamaño. El carácter completo del cráneo y su preservación tridimensional le
dieron a este descubrimiento un carácter excepcional, debido que resulta
inusual que esto suceda en fósiles tan pequeños y frágiles.
Sebastián Apesteguía, investigador del Consejo
Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) de Argentina en la
Fundación de Historia Natural Félix de Azara, participó del estudio de la nueva
especie, bautizada con el nombre de Taytalura alcoberi, que veinte años después
de su descubrimiento y tras detallados análisis fue presentada en la revista
académica Nature. Esta descripción científica se titula “A Triassic stem
lepidosaur illuminates the origin of lizard-like reptiles”.
Aunque solo se haya encontrado su cabeza, de acuerdo
al cálculo de los especialistas, el animal hallado debía medir en total unos
quince centímetros de largo, un tamaño no muy distinto al de cualquier
lagartija viviente. Poseía grandes órbitas y un cráneo ampliado hacia atrás
como el de un camaleón. Sus dientes se hallaban metidos en un largo canal, algo
nunca visto en otros reptiles.
Las características anatómicas de este pequeño
reptil muestran que es un representante temprano de los lepidosauromorfos,
grupo que incluye a los actuales lepidosaurios (lagartos, serpientes y
esfenodontes), que hoy ronda las diez mil especies y que tuvo su origen en el
mismo momento que los dinosaurios, los cocodrilos, los pterosaurios y los
mamíferos.
La edad del fósil se determinó en unos 230 millones
de años de antigüedad, lo que lo sitúa a principios del Triásico Superior, una
época en la que los mayores depredadores eran parientes terrestres de los
cocodrilos y los primeros dinosaurios iban ganando terreno.
Aunque otros lepidosaurios tempranos se han hallado
en rocas de edad semejante en Europa, Taytalura no solo parece ser ancestral a
todos ellos en su aspecto, sino que es el primero hallado en el sur de lo que
fue el supercontinente Pangea, mostrando que la evolución del grupo no solo
ocurrió en el norte.
Uno de los aspectos más importantes del
descubrimiento del Taytalura alcoberi es que permite aclarar el origen del
vasto grupo de especies que incluye a lagartos, lagartijas, serpientes,
anfisbenas y esfenodontes, distribuido por todo el mundo y presente desde los
tiempos de los dinosaurios.
Taytalura es el primer fósil del que puede aseverarse
que evolutivamente representa al primer lepidosauromorfo del mundo y revela
detalles sin precedentes sobre el origen del cráneo lepidosauriano de los
primeros diápsidos. Esto sugiere que varios rasgos que caracterizan a los
lepidosaurios más derivados, evolucionaron mucho antes de lo que se pensaba
hasta ahora.
“Estamos acostumbrados a aceptar que la Era
Mesozoica fue una edad de reptiles gigantes, enormes ancestros de los
mamíferos, cocodrilos descomunales y árboles inabrazables, y por ello quienes
buscamos fósiles solemos hacerlo de pie, caminando sobre esos terrenos áridos
que una vez fueron bosques, dando por sentado que desde la altura humana
veremos sus rastros. Sin embargo, la mayor parte de los componentes de aquellos
ecosistemas eran pequeños, como hoy. Pequeños animales que se escabullían entre
las garras y pezuñas de animales mayores. Taytalura nos enseña que nos perdemos
información importante buscando animales grandes y también creyendo que porque
no se habían encontrado antes fósiles de ese grupo por aquí, el origen de los
lagartos se había dado en el hemisferio norte. La naturaleza nos enseña también
una lección de humildad y la necesidad de arrodillarse, no solo frente a su
maravilla, sino para ver más de cerca”, afirma Apesteguía.
El nombre Taytalura alcoberi deriva de la palabra
“tayta” del idioma quechua, que significa “padre o abuelo” y “lura” del kakán
(idioma hablado por los diaguitas, antiguos pobladores de la zona de San Juan)
que significa “lagarto”. Y el nombre específico hace honor al paleontólogo
sanjuanino Oscar Alcober, quien liderara con el primer autor la expedición en
que se halló el espécimen.
Los materiales fósiles originales del Taytalura, así
como muchos otros procedentes de la misma localidad, se hallan depositados en la
Colección de Paleovertebrados del Museo de Ciencias Naturales de la Universidad
Nacional de San Juan.
La campaña paleontológica durante la cual se
descubrió Taytalura fue financiada por EarthWatch Institute. En el laboratorio
del Museo de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional de San Juan se
limpió y preparó el espécimen. La Secretaría de Ciencia, Tecnología e
Innovación de la Provincia de San Juan financió los trabajos de investigación.
(Fuente: CONICET)
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