El primer planeta con tres soles podría estar a 1.300 años luz de la Tierra
Un nuevo estudio confirma que el sistema estelar triple GW Ori puede contener un planeta que orbita en torno a sus tres soles. Se trataría de uno de los planetas más extraños de los conocidos en el universo.
Viajamos hoy hacia Orión. No
solo es una de las constelaciones más brillantes y famosas, también en esta
zona del cielo se encuentran algunas de las regiones de formación estelar de
las más próximas a la Tierra. Un auténtico laboratorio en el que los astrónomos
estudian los procesos de formación de estrellas y planetas con el mayor nivel
de detalle posible.
Pues bien, tal como explica
el científico Rafael Bachiller en El Mundo, exactamente sobre la cabeza de
Orión, el guerrero, a poco más de 1300 años luz de distancia, se encuentra un
fascinante sistema estelar denominado GW Orionis. El sistema está compuesto por
una pareja de estrellas que orbitan muy próximas entre sí y una tercera
estrella situada más lejos, describiendo una órbita mucho más amplia alrededor
de la binaria.
Pero esta peculiar
configuración no es lo más sorprendente de GW Ori. El año pasado, cuando los
astrónomos apuntaron algunos de los mayores telescopios del mundo hacia este
sistema, constataron que era una auténtica caja de sorpresas. Con el
radiotelescopio gigante ALMA se identificaron tres anillos de gas y polvo
anidados entre sí rodeando al sistema estelar. La imagen de estos anillos
recuerda a una diana para jugar a los dardos. Estos anillos son los que
acompañan y delatan la formación de un nuevo sistema planetario.
Para obtener una imagen más
precisa de la región central de los anillos, utilizaron el telescopio óptico
VLT -ubicado, como ALMA. en el desierto de Atacama (Chile)- equipado con un
sofisticado instrumento de detección denominado SPHERE. Se descubrió así que el
anillo interior está completamente desalineado e inclinado con respecto a los
anillos exteriores, en una configuración que está ilustrada en la imagen que
encabeza este artículo. Ya se sabía que las órbitas de las estrellas del
sistema triple tampoco están alineadas, pues GW Ori venía observándose
periódicamente con otros instrumentos del VLT desde hace más de una década,
pero estos instrumentos menos sofisticados que SPHERE, no permitían ver el
material polvoriento de los anillos.
El equipo de astrónomos,
coordinado por Stefan Kraus, de la universidad de Exeter (Reino Unido) concluyó
entonces que la desalineación entre las órbitas del sistema estelar triple
había podido desgarrar el anillo interior desalineándolo con respecto a los
anillos exteriores. Sin embargo, otro equipo capitaneado por Jiaqing Bi, de la
universidad de Victoria (Canadá) concluyó, independiente pero casi
simultáneamente, que el desgarro del disco interior debía de haber sido
ocasionado por la presencia de un planeta similar a nuestro Júpiter, que
orbitaría al sistema estelar triple.
Comparado a lo que se
observa en el universo, la ciencia ficción siempre se queda corta. Si la imagen
de Tattoine, el planeta ficticio de Star Wars, ya nos fascinaba con sus dos
soles, la idea de Jiaqing Bi de un planeta con tres estrellas en su cielo
impactó a muchos investigadores que se lanzaron a explorar y tratar de
confirmar, o rechazar, la estimulante propuesta.
Ahora, un equipo liderado
por Jeremy Smallwood, de la Universidad de Nevada (EE.UU.), en el que también
colabora Jiaqing Bi, acaba de publicar un estudio en el que se muestran los
resultados de simulaciones hidrodinámicas, llevadas a cabo con potentes
ordenadores, del desgarro del anillo central de GW Ori. Los autores exploran
las dos posibilidades que fueron evocadas el año pasado: tanto la del efecto de
las estrellas como la posible presencia de un planeta.
El nuevo estudio concluye,
inequívocamente, que los efectos del sistema estelar (el par de fuerzas
ejercido) sobre el disco interno no son suficientes para explicar su desgarro
pues, en pocas palabras, el anillo no muestra el nivel de turbulencia que,
según las simulaciones, cabría esperar en este caso.
Por tanto, la presencia de
un planeta masivo (o varios planetas) situado entre el disco más interno y los
externos debe de ser la causa de la extraña forma del anillo central, de sus
propiedades y de su comportamiento dinámico. El planeta se habría formado muy
recientemente, de forma que todavía se encuentra 'limpiando' de gas y polvo el
hueco anular que separa al anillo central del siguiente.
Este planeta en GW Ori sería
uno de los más peculiares de todos los conocidos. En sus cielos serían
observables sus tres soles, aunque dos de ellos están situados tan próximos
entre sí que no es seguro que fuesen distinguibles a simple vista. Si la
existencia de este planeta (o planetas) se confirma, tendremos más pruebas de
que los sistemas planetarios pueden ser muy diferentes de nuestro sistema
solar.
Al principio de la búsqueda
de planetas extrasolares nos ceñíamos al ejemplo de nuestro sistema solar, con
sus ocho planetas bien ordenados: los rocosos más internos y los gigantes
gaseosos en la región más externa. Pero cada día que pasa constatamos que
debemos mantener la mente bien abierta a todas las posibilidades y que la
diversidad de los mundos es prácticamente infinita.
El artículo de Smallwoord y
colaboradores, titulado GW Ori: circumtriple rings and planets ha sido
publicado en la revista británica Monthly Notices of the Royal Astronomical
Society. El manuscrito puede consultarse en este enlace.
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