¿Cuándo se domesticó al caballo?
Desde hace miles de años los caballos han formado parte de la cultura de casi todas las civilizaciones que han habitado el planeta. Tanto en la agricultura como el transporte o en la guerra, los caballos han acompañado al hombre durante gran parte de su historia y, sin embargo, su origen geográfico y genético era hasta no hace mucho un misterio para los investigadores. No sabíamos dónde y cuándo fueron domesticados los caballos.
Finalmente estas preguntas han sido respondidas en
un estudio publicado en la revista científica “Nature” y difundida porTerranea. La investigación ha sido dirigida por el paleogenetista francés
Ludovico Orlando, director del Centro de Antropobiología y Genómica de Toulouse
(CAGT) e investigador del Centro Nacional para la Investigación Científica
(CNRS).
En esta amplia investigación han participado 162
científicos especializados en arqueología y paleogenética.
Según este estudio el caballo doméstico surgió hace
4.200 años en una zona al norte del Cáucaso, concretamente en la región rusa de
Volga-Don.
Desde allí los caballos domésticos se extendieron
hacia Mongolia por el este y hacia el Atlántico por el oeste durante los
siguientes siglos, sustituyendo en poco tiempo a las poblaciones de equinos
euroasiáticos gracias a sus adaptaciones genéticas.
Estas modificaciones, según los investigadores, son
la clave del éxito del linaje inicial frente al resto de especies similares. La
primera de estas adaptaciones se asocia con cambios en el comportamiento y está
relacionada con un gen muy estudiado en el laboratorio con ratones: el ZFPM1.
La mutación de este gen en los primeros ejemplares les haría mostrar una mayor
docilidad y facilidad para ser domesticados.
Por otro lado, estos ejemplares mostraban también
cambios en el gen GSDMC, asociado en humanos con problemas de dolor en la zona
lumbar. En caballos, por el contrario, esta adaptación genética se asociaría
con el desarrollo de una mayor musculatura en la zona del dorso y del lomo,
algo ventajoso a la hora de ser montados o enganchados para labores de tiro.
Estas dos diferencias genéticas, según los
investigadores, podrían ser la clave para que el linaje del caballo doméstico
procedentes del Cáucaso colonizara rápidamente todo el planeta.
En 2018 Ludovico Orlando ya presentó los resultados
de una investigación donde se analizaron muestras de restos equinos encontrados
en yacimientos de Eurasia y los científicos lograron dar con un linaje de
caballos domésticos con una antigüedad de 5.500 años.
Para alcanzar las conclusiones publicadas en la
revista “Nature”, los científicos analizaron más de 100 billones de secuencias
de ADN procedentes de 273 muestras de restos fósiles de caballos con una
antigüedad de entre 4.000 y 52.000 años. Se trata de uno de los mayores
análisis de genomas antiguos, tan sólo superado por los estudios realizados en
investigaciones sobre el origen y la evolución del hombre.
El equipo de especialistas dirigido por Ludovico
Orlando ha contado con la colaboración de importantes investigadores españoles,
como Silvia Valenzuela, del Instituto Milà i Fontanals de Investigación de
Humanidades del CSIC; José Luis Arsuaga, codirector del yacimiento de Atapuerca
o Arturo Morales, de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM).
Gracias a ello se ha podido tener acceso a 264
muestras de gran antigüedad que, junto con otras nueve muestras de estudios
anteriores, han permitido realizar un mapa genético de los caballos
euroasiáticos, el lugar y fecha de orígen de los equinos actuales y cómo se
expandieron por todo el mundo reemplazando a otras especies y linajes.
Estos resultados arrojan luz sobre un tema estudiado
y discutido desde hace décadas -debido a la falta de restos fósiles
concluyentes que pudieran dar información sobre el momento y el lugar exacto en
que ocurrió la domesticación– pues, como asegura Ludovico Orlando, “la historia
de la humanidad no se puede entender sin la historia de la domesticación del
caballo”.
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