Se cumplen 150 años del encuentro Livingstone-Stanley
Este 10 de noviembre se cumplen 150 años del encuentro entre el británico David Livingstone y el estadounidense Henry M. Stanley, hito en la exploración de los confines del interior de África.
Livingstone, a la sazón médico y misionero, muy conocido por el descubrimiento
de las Cataratas Victoria, llevaba años recorriendo el continente africano
cuando se perdió todo rastro de él. Su caso hizo que el propietario del New
York Herald, James Gordon Benne, decidiese encargar al entonces joven reportero
Henry M. Stanley su búsqueda.
Tras dos
años, el periodista logró encontrar a Livingstone en la ciudad de Ujiji, en las
cercanías del lago Tanganica, el 10 de noviembre de 1871. Cuando Stanley se
encontró con él, pronunció la famosa frase 'Doctor Livingstone, supongo'.
El 16 de
noviembre de 1855 Livingstone había descubierto las cascadas del Zambeze, a las
que dio el nombre de cataratas Victoria en honor de la reina del Reino Unido.
Livingstone se propuso abrir rutas en África para facilitar la labor misionera
y la actividad comercial, considerando para ello la importancia de la
navegabilidad del río Zambeze.
Entre 1858
y 1863 exploró profundamente la zona comprendida entre el lago Nyassa y el
Zambeze, pero descubrió que desde los rápidos de Kabrabasa el río se hacía
absolutamente innavegable, debido a una serie de cataratas y rápidos en cuya
exploración ya había fracasado en su anterior viaje, informa Wikipedia.
Aunque
llegaron al lago Malawi, la expedición resultó un fracaso y a principios de
1862 regresaron a la costa para construir un barco de vapor especialmente para
este río, Mientras estaba en construcción murieron su hermano Charles y su
esposa Mary, quien falleció el 29 de abril de 1862 de disentería.
Terminado el barco sólo llegaron hasta el río
Ruvuma, donde la mayoría de los exploradores desertaron o murieron. De regreso
a Inglaterra, en 1864, la expedición al Zambeze fue duramente criticada por los
periódicos, lo que provocó que Livingstone tuviera grandes dificultades para
conseguir más fondos para continuar con la exploración de África.
En 1865 fue
designado por la Royal Geographical Society para buscar el nacimiento del Nilo:
si bien entonces la región ya había sido recorrida por varias expediciones
dedicadas a este fin en los alrededores de los Lagos Victoria y Alberto, con
exploradores reconocidos como Richard Francis Burton, John Hanning Speke y
Samuel Baker, Livingstone creía que las fuentes del Nilo se encontraban mucho
más al sur.
Esta nueva expedición se inició en marzo de 1866 en
la isla de Zanzíbar para adentrarse a continuación en el continente africano,
donde descubrió los lagos de Bangweulu y Moero y el río Lualaba, que fue
erróneamente identificado por Livingstone como el Nilo, cuando realmente es la
cabecera del río Congo.
Posteriormente se encaminó hacia las riberas del
lago Tanganica. A partir de entonces y durante varios años no se supo nada
acerca de él, hasta el encuentro con Stanley.
Tras el
conocido saludo de Stanley, Livingstone le hizo la siguiente alusión:
"Stanley, yo he leído la Biblia cuatro veces mientras estaba esperando en
Manyuena. Todo lo que soy lo debo a Jesucristo, revelado para mí en su Libro
divino. ¡Oh, Stanley, Stanley, aquí está el manantial de la fuerza y del poder
que transforman!".
Ambos
decidieron explorar conjuntamente el norte del lago Tanganica, pero Livingstone
no quiso volver a Inglaterra con Stanley, y en marzo de 1872 se separaron en
Tabora y tomaron caminos diferentes. El 1 de mayo de 1873, Livingstone murió en
un pequeño poblado de Zambia a causa de la malaria.
En su
trayectoria como explorador, Livingstone estableció situaciones correctas en la
cartografía africana mediante observaciones astronómicas y realizó informes de
botánica, geología y zoología. También se distinguió por su lucha contra la
esclavitud. Por todo ello, en la Gran Bretaña victoriana fue considerado un
héroe nacional y está enterrado en la Abadia de Westminster, donde también
reposa Winston Churchill.
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