La detección de metano en Marte apunta a la existencia de vida en el planeta rojo
Hace casi veinte años, la sonda Mars Express detectó concentraciones de gas metano en la atmósfera de Marte, pero, desde entonces, las observaciones hechas desde la atmósfera y desde la superficie del planeta rojo no han parado de contradecirse.
Así, en los últimos años, el róver Curiosity de la
NASA, que llegó a Marte en 2012, ha detectado este gas en repetidas ocasiones
(en un nivel de fondo y en aumentos repentinos), mientras que el ExoMars Trace
Gas Orbiter (TGO) de la Agencia Espacial Europea (ESA) no ha encontrado ni
rastro de metano.
El debate sobre la existencia de metano en Marte es
motivo de grandes discusiones en la comunidad científica porque, al menos en la
Tierra, este gas se forma en procesos biológicos o geológicos, que son una
prueba de vida.
En este contexto, simulaciones numéricas presentadas
en dos estudios dirigidos por investigador del Centro de Astrobiología español
CAB (CSIC-INTA) Daniel Viúdez-Moreiras, indican, por primera vez, que tanto los
aumentos repentinos de metano como las medidas de ese gas de fondo registradas
por Curiosity proceden de emisiones localizadas cercanas al róver, en la zona
del cráter Gale.
Estos resultados, publicados en las revistas
científicas "Progress in Earth and Planetary Science" y "Journal
of Geophysical Research-Planets", encajan simultáneamente con las
mediciones del Curiosity y con las del TGO del ExoMars.
Además, los resultados también son compatibles con
las conclusiones de un estudio previo publicado en "Geophysical Research
Letters" por el equipo de ciencia de Curiosity, que sugirió que el metano
podría estar siendo emitido desde las primeras capas de regolito (capa de materiales
no consolidados como fragmentos de roca y granos minerales, que descansa sobre
roca sólida), o transportado rápidamente a la superficie desde reservorios
situados a más profundidad a través de fracturas en el terreno.
Los resultados presentados en estos estudios no sólo
reconcilian las observaciones de Curiosity y de ExoMars TGO, sino que abren la
posibilidad a que el rover pueda explorar la región donde hipotéticamente se
estaría emitiendo el metano, e investigar así su posible origen.
El estudio de modelado también apunta a dos
escenarios improbables o problemáticos: que la atmósfera marciana tenga un
mecanismo de destrucción de metano fuerte y desconocido (capaz de destruirlo
con una rapidez desconocida hasta la fecha), o que las emisiones de metano sean
extremadamente poco comunes en Marte y el Curiosity haya aterrizado
fortuitamente junto a una de ellas.
Para averiguarlo, harán falta nuevos datos del róver
y de los orbitadores para entender los procesos que están involucrados en el
metano marciano.
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