Sesenta científicos piden en una carta abierta que se prohíba en todo el mundo la atenuación artificial del Sol
El pasado lunes, un grupo de más de 60 expertos de una veintena de países hizo pública una carta abierta para alertar de los peligros de la llamada 'ingeniería planetaria' o 'geoingeniería solar', que algunos gobiernos se están planteando utilizar o que ya utilizan para enfriar la superficie de la Tierra y revertir así las consecuencias del calentamiento global y el cambio climático.
Dichas iniciativas, sostienen los expertos,
deberían estar explícitamente prohibidas en todo el mundo. Entre los firmantes
destacan, entre otros, Frank Biermann, profesor de gobernanza de sostenibilidad
global en la Universidad de Utrecht; Aarti Gupta, profesora de gobernanza
ambiental global en la Universidad de Wageningen en los Países Bajos; Melissa
Leach, directora del Instituto de Estudios del Desarrollo de Sussex, Inglaterra
o Dirk Messner, presidente de la Agencia Ambiental Alemana.
Según el documento, incluso el plan más debatido
para la llamada Modificación de la Radiación Solar (SRM), que consiste en
inyectar miles de millones de partículas de azufre en la atmósfera media para
evitar que una parte de los rayos del Sol llegue a la superficie, conlleva
consecuencias negativas que superarían con creces cualquier posible beneficio.
"El despliegue de la geoingeniería solar -escriben los científicos- no
puede controlarse globalmente de manera justa, inclusiva y efectiva. Por lo
tanto, hacemos un llamamiento a la acción política inmediata de los gobiernos,
las Naciones Unidas y otros actores para evitar la normalización de la
geoingeniería solar como una opción de política climática.".
Las consecuencias del calentamiento son de sobra
conocidas. El actual incremento de 1,1 grados con respecto a las temperaturas
medias del siglo XIX ya ha hecho aumentar en todo el planeta tanto la
frecuencia como la duración de las olas de calor extremas, las sequías y las
mega tormentas. Y aunque las naciones del mundo se han comprometido a limitar
el aumento de la temperatura a 1,5 grados de aquí a 2050, estudios respaldados
por la ONU ya han dicho que ese umbral se superará, posiblemente, dentro de
apenas una década.
El fracaso internacional a la hora de reducir las
emisiones de gases de efecto invernadero (la causa principal del calentamiento)
ha llevado a algunos gobiernos a abrazar la geoingeniería solar, considerada
hasta hace poco com ciencia ficción, como una forma válida de 'ganar tiempo'
hasta que llegue una solución más duradera.
Hace ya mucho tiempo que se sabe que inyectar en la
atmósfera una gran cantidad de partículas reflectantes podría contribuir a
enfriar el planeta. De hecho, incluso la naturaleza, a veces, hace lo mismo,
como es el caso de la erupción del monte Pinatubo, en Filipinas, que en 1991
emitió tanto polvo y escombros que la temperatura media de la Tierra se dedujo
durante un año entero.
A pesar de ello, la carta de los científicos es
clara, y expone varias razones para rechazar el uso de esa estrategia. Es
probable, por ejemplo, que la reducción artificial del calor que nos llega del
Sol interrumpa las lluvias monzónicas en el sur de Asia y el oeste de África,
lo que podría devastar los cultivos de secano de los que dependen cientos de
millones de personas para alimentarse, tal y como ya han demostrado varios
estudios. Sin ir más lejos, el IPCC (Panel Intergubernamental para el Cambio
Climático) ya dijo en su evaluación más reciente que "la inyección de
sulfato estratosférico debilita los monzones de verano africanos y asiáticos y
provoca la sequía en la Amazonía".
Otras regiones del planeta, sin embargo, resultarían
beneficiadas. Por ejemplo, según un estudio de hace menos de un año, el SRM
podría reducir drásticamente el riesgo de sequías en el sur de África. Estas
técnicas, además, tienen el problema añadido de que, al dejar de usarse,
precipitarían el calentamiento. Los científicos, en efecto, se muestran
preocupados por el impacto que tendría detener repentinamente, una vez
iniciada, la 'siembra' de la atmósfera con partículas reflectantes: "Si
SRM fuera cancelado después por cualquier motivo -dijo el IPCC- existe una gran
confianza en que las temperaturas de la superficie aumentarían
rápidamente". Y eso sin contar que, por sí misma, la ingeniería solar no
detiene en modo alguno la acumulación de CO2 en la atmósfera, lo que,
literalmente, está cambiando la química de los océanos.
La carta también advierte que generar la esperanza
de una solución rápida para el clima "puede desincentivar a los gobiernos,
las empresas y las sociedades a hacer todo lo posible para lograr la
descarbonización o la neutralidad del carbono lo antes posible''.
Finalmente, los firmantes señalan que a día de hoy
no existe un sistema de gobernanza global para monitorear o implementar
esquemas de geoingeniería solar, lo que implica que cualquier país, o cualquier
multimillonario con cohetes, podría ponerla en marcha en cualquier momento y
sin restricciones.
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Referencia:
https://www.abc.es/ciencia/abci-sesenta-cientificos-piden-carta-abierta-prohiba-todo-mundo-atenuacion-artificial-202201202014_noticia.html
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