Hallan el fósil de una nueva tortuga de caparazón blando que convivió con los dinosaurios
Restos de una tortuga de caparazón blando que vivió hace 66,5 millones de años en Dakota del Norte, corresponden a una de los primeras especies conocidas del género, según un estudio en Cretaceous Research.
Hutchemys
walkerorum vivió durante un período en el que grandes y conocidos dinosaurios
también vagaban por la Tierra, incluidos Tyrannosaurus rex y Triceratops. El
hallazgo agrega información importante a la comprensión de los científicos
sobre las tortugas de caparazón blando de manera más amplia, incluidos los
efectos potenciales de la extinción masiva del final del Cretácico, que tuvo
lugar en este mismo período de tiempo, en su evolución.
Hutchemys
walkerorum pertenece a un grupo particular de tortugas de caparazón blando de
la familia Trionychidae llamadas plastomeninas. Estas tortugas son similares a
las tortugas de caparazón blando que existen en la actualidad, aunque el
plastrón de las tortugas plastomeninas --los huesos que cubren el estómago y el
área abdominal-- están más fuertemente suturados y, a menudo, son más grandes y
más robustos que en otras tortugas de caparazón blando.
Los
plastomeninos vivieron durante los períodos Cretácico y Paleógeno, hace entre
80 y 50 millones de años. Los miembros de este grupo aparecen por primera vez
en el registro fósil durante el Cretácico superior, y una sola especie continúa
hasta la época del Eoceno, hace 50 millones de años, pero alcanzan su máxima
diversidad antes y después del límite entre el Cretácico y el Paleógeno.
"Hasta
hace poco no entendíamos muy bien a estas tortugas de caparazón blando",
dice en un comunicado Steven E. Jasinski, del Departamento de Ciencias
Ambientales y de la Tierra en la Universidad de Pennsylvania. "Sin
embargo, estamos comenzando a obtener más información sobre este grupo extinto
de tortugas y a comprender mejor su evolución, incluida la forma en que
lidiaron con la extinción masiva".
El espécimen
fósil de la nueva especie, un caparazón parcial, los huesos que cubren la
espalda y lo que la gente considera el "caparazón" de una tortuga,
fue descubierto en 1975 en el suroeste de Dakota del Norte.
Un equipo de campo de la Universidad Estatal de los
Apalaches dirigido por Frank K. McKinney y John E. Callahan recolectó el
espécimen, junto con un espécimen de Triceratops, ese verano. El espécimen de
tortuga fósil permaneció en Appalachian State hasta 2013, cuando Heckert trató
sobre el asunto con Jasinski, un estudiante de maestría en la Universidad
Estatal de East Tennessee en ese momento.
La
investigación comenzó en serio en esa época y continuó mientras Jasinski estaba
en Penn State para sus estudios de doctorado.
Basándose en la estructura del espécimen, él y sus
colegas determinaron que este fósil pertenecía a un género de tortugas del
oeste americano conocido como Hutchemys. Hutchemys walkerorum representa una de
las raras apariciones de estas tortugas antes del evento de extinción masiva
que puso fin a la era de los dinosaurios. También representa la aparición más
oriental del género durante el Período Cretácico.
"Con
este estudio, obtenemos más información sobre los ganadores y los perdedores durante
el cataclismo que puso fin a la Era de los dinosaurios", dice Dodson.
"Los poderosos dinosaurios cayeron y la humilde tortuga sobrevivió".
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