Pinturas rupestres revelan mega fauna extinta en la Amazonía colombiana
Al final de la última era glacial, Sudamérica albergaba animales extraños que desde entonces se han extinguido: perezosos terrestres gigantes, herbívoros parecidos a los elefantes y un antiguo linaje de caballos. Un estudio nuevo sugiere que podemos ver estas criaturas perdidas en fascinantes pinturas realizadas con ocre por humanos de la Edad de Hielo en una saliente rocosa de la Amazonia colombiana.
Estas deslumbrantes muestras de arte rupestre que se
encuentran en la Serranía de la Lindosa, un lugar situado en las remotas
orillas del río Guayabero, eran conocidas desde hace tiempo por los indígenas
de la zona, pero estaban prácticamente vedadas a los investigadores debido a la
guerra civil colombiana. Las expediciones recientes dirigidas por José Iriarte,
arqueólogo de la Universidad de Exeter, Reino Unido, han despertado un renovado
interés y debate sobre la interpretación de los animales de las pinturas.
“Toda la biodiversidad del Amazonas está pintada
allí”, señaló Iriarte, tanto criaturas acuáticas como terrestres y plantas, así
como “animales que son muy intrigantes y parecen ser grandes mamíferos de la
Edad de Hielo”.
En un estudio publicado en la revista Philosophical
Transactions of the Royal Society B., Iriarte y sus colegas, que forman parte
de un proyecto que estudia la llegada de los humanos a Sudamérica, defienden
que el arte rupestre representa a la megafauna de la Edad de Hielo, pero el
propio estudio reconoce que la identificación de animales extintos en el arte
rupestre es controvertida, y el yacimiento de La Lindosa no es una excepción.
Ekkehart Malotki, profesor emérito de idiomas de la
Universidad del Norte de Arizona, quien ha publicado investigaciones sobre
petroglifos que representan megafauna extinta, calificó las afirmaciones del
equipo de “ilusiones vanas” en un correo electrónico. En su opinión, la
interpretación de la Edad de Hielo es el resultado de un método “visual” que
adivina la naturaleza de las pinturas.
Fernando Urbina y Jorge Peña, arqueólogos de la
Universidad Nacional de Colombia, también se opusieron a un origen glacial de
las pinturas. En 2016, el equipo argumentó que muchas de las escenas de La
Lindosa podrían representar animales introducidos por los europeos, por lo que
solo tendrían unos pocos siglos de antigüedad. Malotki también sugirió que la
conservación excepcional del arte rupestre, a pesar de su exposición a la
intemperie, apuntaba a un origen más cercano a la actualidad.
Estas disputas podrían resolverse a finales de este
año, cuando se afinen los cálculos de antigüedad de las pinturas, comentó
Urbina en un correo electrónico.
Una de las imágenes más evocadoras de La Lindosa
representa a un animal fornido con una pequeña cría a cuestas. El equipo de
Iriarte cree que estas figuras representan a un perezoso terrestre gigante
adulto y a su cría, al observar su estructura y garras características.
“Este animal es muy diferente a los miles que se
encuentran en otras pinturas en lo que respecta a su prevalencia y
representación anatómica”, afirmó Michael Ziegler, estudiante de doctorado en
el Instituto Max Planck para la Ciencia de la Historia Humana y coautor del
nuevo estudio, y añadió que esta pintura ofrecía pruebas potenciales de las
interacciones entre la megafauna de la Edad de Hielo y los humanos.
Los investigadores también identificaron otras
posibles especies extintas en las pinturas, incluyendo parientes de los
elefantes, camellos, caballos y mamíferos extraños con pezuñas de la familia
Litopterna.
Donde el equipo de Iriarte ve posibles perezosos
terrestres gigantes y caballos del Pleistoceno, Urbina y Peña ven capibaras y
caballos modernos. Malotki dijo que los posibles parientes de los elefantes,
conocidos como gonfotéridos, representados en la pintura al que el equipo de
Iriarte se refiere, no tenía “absolutamente ningún parecido” con los animales
extintos.
Iriarte y sus colegas responden a estas críticas
señalando las pruebas arqueológicas y paleontológicas de que los humanos
coexistieron con algunos de estos animales de la Edad de Hielo antes de que se
extinguieran. También señalan que se ha encontrado ocre en sedimentos que se
depositaron en La Lindosa durante el final de la Edad de Hielo, lo que sugiere
que el arte rupestre podría ser así de antiguo.
“Estamos bastante seguros de que ya pintaban desde
aquel entonces”, señaló Iriarte.
Ya se han identificado megafaunas extintas en el
arte rupestre de otras partes del mundo, pero la carga de la prueba es
excepcionalmente alta.
“La interpretación de las imágenes del arte rupestre
siempre está sujeta a debate, en especial cuando se argumenta que se
representaron animales extintos”, dijo Paul Tacon, profesor de arqueología y
antropología de la Universidad de Griffith en Australia, en un correo electrónico.
“En este caso hay un argumento sólido que utiliza
múltiples líneas de evidencia para apoyar la afirmación de que algunas pinturas
que sobreviven en la región Amazónica colombiana son de megafauna extinta del
Pleistoceno tardío o del Holoceno temprano”, agregó. “El siguiente desafío es
datar científicamente las pinturas para apoyar o refutar esta afirmación”.
Si estas acciones acaban apoyando un origen en la
Edad de Hielo, las pinturas de La Lindosa representarían un vistazo fugaz y
poco común de animales condenados al olvido, abriendo una inquietante ventana a
los ecosistemas perdidos del pasado y a la gente que los habitaba. Aunque el
arte sea mucho más reciente, ayudará a los investigadores a comprender las
culturas que prosperaron en esta exuberante naturaleza.
“En la Serranía de la Lindosa, las personas que
realizaron las pinturas plasmaban cosas importantes para ellos que, sin duda,
estarían asociadas a historias, intercambio de conocimientos y aspectos de la
vida doméstica y espiritual”, afirmó Tacon.
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