Descubren el polvo cósmico que enlaza galaxias y cuásares en el espacio
Desde que se descubriera la presencia de agujeros
negros supermasivos en el universo primitivo (tan solo 700 millones de años
después del Big Bang), con masas equivalentes a cientos de millones de soles,
la comunidad astronómica descubrió un objeto polvoriento que enlaza galaxias y
cuásares en el amanecer cósmico.
Aunque la astrofísica teórica y las simulaciones por
ordenador predicen la existencia de agujeros negros de rápido crecimiento,
desde galaxias tempranas con gran contenido de polvo y gas junto a una gran
actividad de formación de estrellas (conocidas como galaxias starburst, con
estallido estelar), nunca antes se habían observado en sus etapas iniciales.
El objeto GNz7q podría ser el primer ejemplo de
«eslabón perdido» entre las galaxias con estallido estelar y los cuásares muy
luminosos, un precursor de los agujeros negros supermasivos que observamos en
épocas posteriores
Ahora, un equipo de astrónomos informa en la revista
Nature del descubrimiento de un objeto, al que apodan GNz7q, que es el primer
agujero negro de rápido crecimiento detectado en el universo primitivo.
Los datos de archivo de la Cámara Avanzada para
Sondeos del telescopio espacial Hubble han ayudado a determinar que existió
solo 750 millones de años después del Big Bang.
Las teorías actuales predicen que los agujeros
negros supermasivos comienzan sus vidas en los núcleos polvorientos de galaxias
con estallido estelar antes de expulsar el gas y el polvo circundantes y
emerger como cuásares (fuentes de radio cuasiestelar) extremadamente luminosos.
Son muy raros, pero, tanto estas galaxias como los cuásares, se han detectado
en el universo temprano.
El equipo cree que GNz7q podría ser el primer
ejemplo de ‘eslabón perdido’ entre estas dos clases de objetos, el precursor de
los agujeros negros supermasivos que observamos en épocas posteriores. “Las
propiedades de GNz7q a lo largo del espectro electromagnético concuerdan de una
forma excelente con las predicciones de las simulaciones teóricas”, comenta
Seiji Fujimoto, astrónomo en el Instituto Niels Bohrs de la Universidad de
Copenhague (Dinamarca) y autor principal del descubrimiento.
Si bien no se pueden descartar por completo otras
interpretaciones de los datos obtenidos por del equipo, las propiedades
observadas de GNz7q encajan de manera sorprendente con las predicciones
teóricas.
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