Cambio de paradigma: la vida en la Tierra no comenzó como los científicos creen
¿Cuál fue el origen de la vida? ¿Qué condiciones se
tuvieron que dar para que se formaran los componentes básicos de una vida
compleja? Estas cuestiones son, sin duda, verdaderos desafíos para el mundo de
la ciencia. Se han tratado de resolver durante años y una de las principales
respuestas, formulada en 1986 por el biólogo Walter Gilbert, se basa en la idea
del mundo del ARN.
Ahora, un nuevo concepto presentado por un equipo de
químicos alemanes sugiere que fue una nueva especie molecular compuesta de ARN
y péptidos la que provocó la evolución de la vida a formas complejas.
Como destacan en un comunicado los autores de esta
investigación, publicada en la revista 'Nature', la hipótesis inicial sostiene
que "los nucleótidos, los componentes básicos de los ácidos nucleicos A,
C, G y U, surgieron de la sopa primordial, y que luego se formaron moléculas
cortas de ARN a partir de los nucleótidos".
No obstante, como tales moléculas de ARN
monocatenario también podían combinarse en cadenas dobles, "esto dio lugar
a la posibilidad teórica de que las moléculas pudieran replicarse a sí mismas,
es decir, reproducirse".
En el curso de la evolución de la vida, esta
replicación podría haber mejorado y en algún momento producido una vida más
compleja. "La idea del mundo del ARN tiene la gran ventaja de que esboza
un camino por el cual pueden surgir biomoléculas complejas como los ácidos
nucleicos con propiedades catalíticas optimizadas y, al mismo tiempo, de
codificación de información", detalla el químico y uno de los autores de
la investigación, Thomas Carell.
Pero esta hipótesis no está exenta de problemas.
"Por ejemplo, RNS es una molécula muy frágil, especialmente cuando se
alarga. Además, no está claro cómo pudo producirse la unión de las moléculas de
ARN con el mundo de las proteínas, para lo cual el material genético, como
sabemos, proporciona los planos", añaden en el comunicado.
Este equipo de químicos ha descubierto una forma en
la que podría haber sucedido esta vinculación. Cabe recordar que el ARN es una
"macromolécula complicada" que contiene también "bases no
canónicas". A través de esta investigación, los expertos han descubierto
que estos nucleósidos no canónicos son la pieza fundamental "que permite
que el mundo del ARN se vincule con el mundo de las proteínas".
Algunos de estos fósiles moleculares pueden, cuando
se encuentran en el ARN, "adornarse" con aminoácidos individuales o
incluso con pequeñas cadenas de ellos (péptidos), según Carell. Entonces, el
resultado serían pequeñas estructuras peptídicas de ARN quiméricas cuando los
aminoácidos o péptidos están presentes en una solución simultáneamente junto
con el ARN.
En dichas estructuras, los aminoácidos y péptidos
junto con el ARN reaccionan entre sí para crear péptidos cada vez más
complejos. "De esta manera, generamos partículas peptídicas de ARN en el
laboratorio que podrían codificar información genética e incluso formar
péptidos de alargamiento", comenta.
Según esta nueva teoría, un elemento decisivo al
principio fue la presencia de moléculas de ARN que pudieran adornarse con
aminoácidos y péptidos y así unirlos en estructuras peptídicas más grandes.
"El ARN se desarrolló lentamente hasta convertirse en un catalizador de
enlace de aminoácidos en constante mejora", subraya Carell. "La nueva
idea crea una base sobre la cual el origen de la vida gradualmente se vuelve
explicable".
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