Júpiter y Saturno favorecen la vida en la Tierra
Los gigantes gaseosos en un sistema solar hacen más
fácil que otros planetas puedan albergar vida, según un cálculo de los
astrónomos de la Universidad de Chicago
En los últimos años se han descubierto miles de
exoplanetas que orbitan otras estrellas, y se calcula que hay millones de ellos
que son similares a la Tierra. Pero saber cuántos de ellos albergan vida es uno
de los grandes misterios de la astronomía.
Los investigadores de la Universidad de Chicago en
Illinois (EE UU) han creado un modelo informático con más de 147.000 sistemas
planetarios simulados que les ha permitido calcular qué configuraciones
planetarias podrían ser más favorables para la aparición de organismos vivos.
Según el modelo, la existencia de pares de gigantes gaseosos, como Saturno y
Júpiter en nuestro sistema solar, mejoran significativamente las condiciones
para el desarrollo de la vida.
LOS SISTEMAS SOLARES ULTRAHABITABLES
Muchos de los sistemas solares calculados no
permitían ningún tipo de vida porque no contenían ni un solo planeta similar a
la Tierra en la llamada zona habitable, la zona en la que el planeta puede
contener agua líquida sin evaporarse inmediatamente en el espacio por frío o
por calor. Sin embargo, algunas de las simulaciones también produjeron
escenarios «ultrahabitables», en los que las condiciones para la vida serían
incluso mejores que en nuestro sistema solar.
En la simulación los investigadores utilizaron un
modelo relativamente sencillo en el que cada sistema tenía un sol y dos
gigantes gaseosos con un tamaño entre 0,1 y 10 veces el de Júpiter. A
continuación, el equipo calculó si un planeta similar a la Tierra sobreviviría
en este sistema o si se produciría una catástrofe, como que resultara tragado por
la estrella central o colisionara con uno de los gigantes gaseosos. Estas
simulaciones se realizaron cinco mil millones de veces.
Al final el sistema calculó la probabilidad de que
hubiera vida en cada sistema solar. Un valor de 0 significaba que no había
ninguna posibilidad, y un valor de 1 significaba que podría haber una segunda
Tierra que albergara vida. Alrededor del 60% de los sistemas eran completamente
hostiles a la vida, recibiendo un valor de 0. Otras ocho configuraciones con
dos planetas gaseosos gigantes obtuvieron un valor entre 0 y 0,93. Sin embargo,
también había 253 sistemas cuyo «índice de habitabilidad» era superior a 1.
El sistema absolutamente más habitable calculado era
uno con planetas gigantes de masa relativamente baja, de una décima parte de la
masa de Júpiter, que estaban relativamente lejos de la estrella y tenían
órbitas casi circulares. Si tenemos que escapar de la Tierra algún día, estos
son los sistemas solares que hay que buscar.
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