La conquista de Marte pasa por la agricultura lunar y espacial

 

La carrera por llegar al planeta Marte, y por extensión al resto de nuestra galaxia, está lanzada y todas las agencias espaciales tienen claras dos ideas básicas para lograrlo: usar la Luna como puerto de salida y la necesidad de cultivar alimentos tanto en el satélite de la Tierra como durante el viaje por el espacio.

En este camino, un equipo estadounidense de científicos de la Universidad de Florida ha logrado por primera vez cultivar plantas en muestras de regolito lunar, que es como se conoce al suelo lunar, lo que supone un avance de cara a hacer más autosuficientes las misiones espaciales en el futuro.

El grupo liderado por Rob Ferl ha conseguido, después de años de intentarlo, que la NASA les entregara 1 2 gramos de polvo de la Luna, obtenido en las misiones Apolo 11, 12 y 17 para su experimento.

Los resultados se publicaron el jueves 12 de marzo en la revista científica Communications Biology.

En el ensayo compararon la evolución de semillas de Arabidopsis thaliana, un tipo de berro nativo de Eurasia y África, en ese suelo lunar y en varias muestras de ceniza volcánica de la Tierra, que presenta unas características similares. Aunque para igualar un poco las cosas al regolito, ademas de agua hubo que añadirle algún tipo de nutriente.

Los investigadores comprobaron "con sorpresa" que las plantas germinaban en el regolito -lo que supone un hito histórico-, si bien constataron que crecían peor, "más lentamente, tardaron más en desarrollar hojas expandidas y tenían raíces más atrofiadas", que en la ceniza terrestre, en tierra volcánica. Los investigadores señalan que, si bien algunas plantas cultivadas en el polvo de la Luna tenían una forma y color similar a las plantadas en la ceniza, otras "contenían pigmentos negros-rojizos", lo que es indicativo de estrés. Cuando hicieron un análisis genético de tres plantas que eran más pequeñas y oscuras, vieron que contenían más de un millar de genes a niveles diferentes que los de los ejemplares que crecían en suelo volcánico, en su mayoría relacionados con el estrés.

Los expertos conjeturan que " los rayos cósmicos y el daño del viento solar en la superficie lunar, así como la presencia en ese terreno de pequeñas partículas de hierro, podrían inducir una respuesta de estrés en las plantas y afectar a su desarrollo".

Los autores instan a realizar más estudios sobre la interacción entre las plantas y el suelo lunar para eventualmente conseguir cultivar vegetales de manera eficiente en la superficie de la Luna.

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