Una increíble tormenta de meteoros llegará por sorpresa el 30 de mayo
Los cometas son astros conocidos por su fragilidad.
Formados a grandes distancias al Sol por una amalgama de partículas de polvo,
hielos y materia orgánica suelen perder masa e incluso desintegrarse
progresivamente cuando alcanzan órbitas de periodo corto que dan lugar a pasos
próximos al Sol.
Al sublimarse los hielos generan comas y colas
alrededor de los núcleos cometarios pero a veces la propia estructura del
cometa puede debilitarse, desmoronándose y generando la fragmentación del
núcleo en múltiples piezas.
El estudio de esos procesos de desintegración suele
hacerse con modernos telescopios pero incluso los astrofotógrafos están siempre
pendientes de esos fenómenos para inmortalizar algún estallido luminoso o
incluso una súbita fragmentación en múltiples piezas.
El estudio de esos procesos desde la Tierra puede
realizarse cuando esas cortinas de fragmentos, conocidas como dust trails en
inglés, son cruzadas por la Tierra. En ese momento pueden producirse estallidos
en la actividad meteórica o incluso tormentas meteóricas, auténticos
espectáculos en los que el firmamento se engalana con cientos o miles de
estrellas fugaces a la hora (Trigo-Rodríguez y Blum, 2022). De crónicas
antiguas sabemos que estos inusuales fenómenos naturales han ocurrido decenas
de veces en la historia escrita de la humanidad, dejando tan sorprendidos como
maravillados a sus afortunados observadores.
En este año 2022 habrán diversas circunstancias en
el encuentro con los restos de ese cometa que nos mantienen optimistas.
Recientemente en términos astronómicos, el año 1995, se pudo observar la
desintegración del cometa 73P/Schwassmann-Wachmann 3. Estas fragmentaciones han
sido una constante desde entonces y otras posteriores roturas fueron
monitorizadas por el Telescopio Spitzer de la NASA (véase la Figura 1). En esas
imágenes vemos como grandes bloques se desprenden del cometa pero también
fragmentos significativos que forman la cortina de polvo. Los estudios
dinámicos de la evolución orbital de las partículas que se generaron en ella,
realizados por Jérémie Vaubaillon del Observatorio de Paris, indican que la
Tierra podría atravesar una cortina de esos materiales en torno a las 5 horas
TUC del 31 de mayo. En ese momento el punto radiante, del que veríamos surgir
los meteoros producidos por ese particular huso de partículas, se encontraría
en el cenit en centroamérica, a unos 10º de altura en el archipiélago canario y
prácticamente en el horizonte visto desde la península ibérica (Figura 2).
Dadas las circunstancias inusuales del encuentro
desde la Red Española de Investigación sobre Bólidos y Meteoritos estamos
promoviendo una campaña de registro fotográfico y vídeo de la actividad meteórica.
De producirse la tormenta y cruzarse la Tierra con fragmentos apreciables de
esa cortina de polvo del cometa 73P/Schwassman-Wachmann 3 podríamos asistir a
un gran espectáculo de bólidos rozadores que harían las delícias de los
astrofotógrafos. Tanto desde Canarias como desde la península se hace un
llamamiento a registrar el cielo la noche del 30 al 31 de mayo en torno al
radiante de esta lluvia de meteoros, conocidas como las Tau Hercúlidas. Es
fundamental tener sincronizados al segundo los equipos que se deseen emplear
para detectar meteoros dado que eso permitirá identificar los posibles bólidos
que se registren y reconstruir sus trayectorias y órbitas. Las fotografías o
vídeos deberían ser realizadas con grandes angulares (entre 90 y 120º) y centradas
a media altura (a unos 45º del radiante). Se proporciona el correo-e:
spmn@ice.csic.es para que quien desee observar el evento pueda facilitar su
nombre y las coordenadas geográficas exactas desde donde planea observarlo.
Estamos embarcados en una campaña de registro de la actividad meteórica en la
que los astrofotógrafos que faciliten imágenes serán citados en los artículos
que se deriven del estudio. Además, la mejor fotografía enviada de un meteoro o
bólido de las Tau Hercúlidas será premiada con un lote de libros de divulgación
astronómica.
Dada la diferente órbita de los fragmentos del
cometa respecto a la que poseen los meteoroides más antiguos que producen la
lluvia anual de Tau Hercúlidas, esa noche
del 30 al 31 de mayo podría aparecer un nuevo radiante de meteoros en el
firmamento. Eso queda ejemplificado en la Figura 3 en donde se muestra en un
hexágono rojo la posible fuente de meteoros y bólidos generados por los restos
del cometa 73P/Schwassman-Wachmann 3. Esas partículas penetrarán a una
relativamente baja velocidad geocéntrica, unos 12 km/s (unos 43.000 km/h) por
lo que la luminosidad intrínseca de los meteoros no sería demasiado grande a no
ser que sean partículas de tamaño centimétrico, capaces de producir bólidos. La
presencia o no de partículas grandes dependerá de su capacidad de resistencia a
las condiciones del espacio, como explicaré en el próximo apartado. Si los
meteoroides son submilimétricos posiblemente los meteoros no serán demasiado
luminosos. Como siempre se suele recomendar
quizás lo mejor es buscar un lugar oscuro y alejado de la contaminación
lumínica. Tanto desde Canarias como desde la península lo mejor sería tener el
horizonte Oeste despejado para poder ver una región del cielo lo más próxima al
radiante.
https://www.investigacionyciencia.es/blogs/astronomia/45/posts/una-tormenta-meterica-fruto-de-la-fragmentacin-del-cometa-73p-schwassman-wachmann-3-20978
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