El rover Curiosity cumple 10 años siendo los ojos de la humanidad en Marte
Durante el año pasado, el rover Curiosity Mars de la NASA ha estado viajando por una zona de transición desde una región rica en arcilla a una llena de un mineral salado llamado sulfato. Si bien el equipo científico se centró en la región rica en arcilla y la cargada de sulfato en busca de las pruebas que cada una pueda ofrecer sobre el pasado acuoso de Marte, la zona de transición también está demostrando ser científicamente fascinante. De hecho, esta transición puede proporcionar el registro de un cambio importante en el clima de Marte que tuvo lugar hace miles de millones de años, y los científicos están comenzando a comprender este evento.
Los minerales arcillosos se formaron cuando los
lagos y arroyos en algún momento atravesaron el cráter Gale, depositando
sedimentos en lo que ahora es la base del monte Sharp, la montaña de 5
kilómetros de altura por cuyas estribaciones Curiosity ha estado ascendiendo
desde 2.014. En la zona de transición, en la montaña, las observaciones de
Curiosity muestran que los arroyos se secaron y se formaron dunas de arena
sobre los sedimentos del lago.
“Ya no vemos los depósitos lacustres que vimos más
abajo en el monte Sharp durante años”, dijo Ashwin Vasavada, científico del
proyecto Curiosity en el Jet Propulsion Laboratory de la NASA (en el sur de
California). “En cambio, vemos mucha evidencia de climas más secos, como dunas
secas que tuvieron arroyos a su alrededor. Ese es un gran cambio con respecto a
los lagos que persistieron durante quizás millones de años”.
A medida que el rover sube más alto a través de la
zona de transición, detecta menos arcilla y más sulfato. En breve Curiosity
perforará la última muestra de roca en esta zona, proporcionando una visión más
detallada de la composición mineral cambiante de estas rocas.
En esta zona también destacan características
geológicas únicas. Las colinas del área probablemente comenzaron en un ambiente
seco de grandes dunas de arena barridas por el viento, que con el tiempo se
endurecieron hasta convertirse en roca. En los restos de estas dunas hay otros
sedimentos intercalados arrastrados por el agua, tal vez depositados en estanques
o pequeños arroyos que alguna vez se entrelazaron entre las dunas. Estos
sedimentos ahora aparecen como pilas de capas escamosas resistentes a la
erosión, como una apodada “La proa“.
Lo que hace que la historia sea más rica y aún más
complicada es el conocimiento de que hubo múltiples períodos en los que el agua
subterránea estuvo fluyendo, dejando una marabunta de piezas de rompecabezas
para que los científicos de Curiosity las ensamblen en una línea de tiempo
precisa.
Curiosity celebrará su décimo año en Marte el
próximo 5 de agosto. Aunque tras una década completa de exploración se está
notando la edad del rover, nada le ha impedido continuar su ascenso.
El 7 de junio, Curiosity entró en modo seguro tras
detectar una lectura de temperatura, en una caja de control de instrumentos
dentro del cuerpo del rover, más alta de lo esperado. El modo seguro se produce
cuando una nave espacial detecta un problema, lo que hace que apague
automáticamente todas las funciones excepto las más esenciales para que los
ingenieros puedan evaluar la situación.
Aunque Curiosity salió del modo seguro y volvió a
las operaciones normales dos días después, los ingenieros del JPL todavía están
analizando la causa exacta del problema. Sospechan que el modo seguro se activó
después de que un sensor de temperatura proporcionara una medición inexacta, y
no hay indicios de que afectará significativamente las operaciones del rover,
ya que los sensores de temperatura de respaldo pueden garantizar que los componentes
electrónicos dentro del cuerpo del rover no se calienten demasiado.
Las ruedas de aluminio del rover también muestran
signos de desgaste. El 4 de junio, el equipo de ingeniería ordenó a Curiosity
que tomara nuevas fotografías de sus ruedas, algo que había estado haciendo
cada 1.000 metros, para verificar su estado general.
El equipo descubrió que la rueda central izquierda
tenía dañadas las bandas de rodadura en zigzag. Esta rueda en particular ya
tenía cuatro bandas rotas, por lo que ahora cinco de sus 19 bandas están
deterioradas.
Las bandas dañadas previamente llamaron la atención
recientemente porque parte de la “piel” de metal entre ellas parece haberse
caído de la rueda en los últimos meses, dejando un hueco.
El equipo ha decidido aumentar la toma de imágenes
de las ruedas a cada 500 metros, un regreso a la cadencia original. Un
algoritmo de control de tracción redujo el desgaste de las ruedas lo suficiente
como para justificar el aumento de la distancia entre la toma de imágenes.
“Hemos demostrado, a través de pruebas en tierra,
que podemos conducir con seguridad sobre las llantas de las ruedas si es
necesario”, dijo Megan Lin, gerente de proyectos de Curiosity en el JPL. “Si
alguna vez llegamos al punto en el que una rueda ha roto la mayoría de sus
bandas, podremos hacer una ruptura controlada para despojar las piezas que
quedan. Debido a las tendencias recientes, parece poco probable que necesitemos
tomar tal acción. Las ruedas aguantan bien y brindan la tracción que
necesitamos para continuar en nuestro ascenso”.
Comentarios
Publicar un comentario