Encuentran caspa fosilizada de dinosaurios de hace 125 millones de años
Un equipo internacional de investigadores liderado
por científicos de la Universidad College Cork, Universidad Linyi y el
Instituto de Paleontología y Paleoantropología de Vertebrados de China, ha
encontrado y analizado fragmentos de piel fosilizada, preservada entre el
plumaje de dinosaurios emplumados del Cretácico, lo cual ha ayudado a revelar
la primera evidencia directa de cómo los dinosaurios mudaban la piel.
El equipo descubrió la piel fosilizada de tres
dinosaurios emplumados no aviares (Beipiaosaurus, Sinornithosaurus y
Microraptor) y un ave temprana llamada Confuciusornis.
Estas criaturas vivieron hace aproximadamente 125
millones de años (época del Cretácico Inferior) y fueron miembros importantes
del famoso Biota del Jehol, un rico ecosistema preservado en una formación
rocosa que se desarrolla en varias provincias chinas.
Los paleontólogos estudiaron la caspa fosilizada y
la caspa de aves modernas con poderosos microscopios electrónicos.
“Lo que es notable es que la caspa fósil es casi
idéntica a la de las aves modernas, incluso la torsión en espiral de las fibras
individuales todavía es visible”, dijo la autora co-líder, la Dra. Maria
McNamara, de la Facultad de Ciencias Biológicas, Terrestres y Ambientales en la
Universidad College Cork, Irlanda.
“Las células fósiles se conservan con increíbles
detalles, hasta el nivel de las fibrillas de queratina a nanoescala”.
La caspa de hace 125 millones de años es la primera
evidencia que revela cómo los dinosaurios mudaban la piel.
“Beipiaosaurus, Sinornithosaurus y Microraptor
claramente mudaban su piel en escamas, como Confuciusornis y también aves
modernas y mamíferos, y no como una sola pieza o varias piezas grandes, como
sucede en muchos reptiles modernos”, dijeron los investigadores.
“Es inusual poder estudiar la piel de un dinosaurio,
y el hecho de que esto sea caspa demuestra que los dinosaurios no desprendían
toda su piel como una lagartija o serpiente moderna, sino que perdían
fragmentos de piel de entre sus plumas”, añadió el coautor, el Profesor Mike
Benton, de la Escuela de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Bristol,
Reino Unido.
Al igual que la caspa humana, la caspa fósil está
hecha de células duras llamadas corneocitos, que en vida están secas y llenas
de la proteína queratina.
“Esta característica de la piel moderna evolucionó
en algún momento a fines del Jurásico medio, casi al mismo tiempo que
evolucionaron una serie de otras características de la piel”, dijeron los
autores del estudio.
“Hubo un estallido de evolución de dinosaurios
emplumados y aves en ese momento, y es emocionante ver evidencia de que la piel
de las primeras aves y los dinosaurios evolucionaba rápidamente en respuesta a
los cojinetes de las plumas”, dijo la Dra. McNamara.
“Las aves modernas tienen corneocitos muy grasos con
queratina poco compacta, lo que les permite enfriarse rápidamente cuando están
volando durante períodos prolongados”.
“Sin embargo, los corneocitos en los fósiles de
dinosaurios y aves estaban llenos de queratina, lo que sugiere que las primeras
aves (fósiles) no se volvían tan cálidas como las aves modernas,
presumiblemente porque no podían volar en absoluto o durante períodos tan
largos”.
Referencia del documento científico:
Maria E. McNamara et al. 2018. La piel fosilizada
revela coevolución con plumas y metabolismo en dinosaurios emplumados y pájaros
primitivos. Nature Communications 9, número de artículo: 2072; doi: 10.1038 /
s41467-018-04443-x
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