Es un mito: no usamos solo el 10% del cerebro
Durante años, la incomprensión del cerebro humano ha
dado lugar a mitos que persisten hasta ahora y no tienen base científica. Uno
de ellos es la creencia de que solo usamos el 10% del órgano y lo restante
todavía no podemos —o sabemos— sacarle provecho.
Bajo ese pensamiento, se presume que cuando lo
logremos podríamos desarrollar un intelecto superior o, como lo retratan
exageradamente algunas películas, despertar un poder sobrehumano.
El mito del 10% del cerebro está tan arraigado en la
sociedad que una encuesta en Estados Unidos en 2013 reveló que más del 60% de
sus ciudadanos se mostraban convencidos de su veracidad. En tanto, otra llevada
a cabo en Reino Unido en 2012 señaló que el 46% de maestros de escuela
respaldaban dicha creencia.
¿Cómo esta falacia se volvió tan popular y cuánto
porcentaje del cerebro usamos en verdad?
Según Christian Jarret, neurocientífico cognitivo y
autor del libro “Grandes mitos del cerebro” (2014), no se sabe con exactitud
quién fue el primer autor que propagó dicha creencia, escribe en el medio periodístico
WIRED. Sin embargo, es probable que su origen se remonte a la introducción del
best-seller “Cómo ganar amigos e influir en las personas” (1936), del
conferencista norteamericano Dale Carnegie.
En dicha parte de la obra, redactada por el
periodista Lowell Thomas, se cita erróneamente un artículo del psicólogo
William James, titulado “Las energías del hombre” (1907). Así, donde James
escribió vagamente que “hacemos uso solamente de una pequeña parte de nuestros
posibles recursos mentales y físicos”, Thomas le asignó un porcentaje
inventado.
Otros posibles orígenes del mito pueden ser la
creencia de que las neuronas constituyen apenas el 10% del total de las células
cerebrales o que el presunto responsable del falso enunciado fue el físico
alemán Albert Einstein, quien presuntamente habría atribuido sus dotes
intelectuales a poder aprovechar más allá de ese porcentaje.
No hay ningún área del cerebro que no haga nada, el
100% siempre está en actividad, pero no todo a la vez ni a su máxima capacidad,
sostiene la psicobióloga Sandra Sánchez Muñoz, en un artículo de The
Conversation.
Para graficarlo con un ejemplo: cuando uno corre
emplea solo un porcentaje de los músculos existentes —aquellos ubicados en
ambas piernas—, sin embargo, no todos estos se ejercitan por igual ni mediante
una única actividad.
Existen varios argumentos y evidencias científicas
de que siempre usamos el cerebro en su totalidad, sostiene Sánchez.
En primer lugar, la teoría evolutiva señala que no
tiene sentido que el cuerpo gaste energía en un órgano que no se usa por
completo. Si bien se ha demostrado que el cerebro se ha encogido desde hace
3.000 años, ahora se estaría gastando más energía cerebral que antes.
Por otro lado, sostiene que si usáramos solo el 10%
del órgano y un 90% permaneciera ‘inútil’, la mayoría de lesiones en dicha área
no tendrían consecuencias tan críticas para la salud.
Comentarios
Publicar un comentario