Nuestro universo tendría un compañero de antimateria al otro lado del Big Bang
Nuestro universo tendría un mellizo que estaría
dominado por la antimateria y en el que el tiempo avanza hacia el pasado. Ambos
universos formarían parte de una entidad mucho más compleja, de un
megauniverso, que es consistente con la expansión cósmica y explica la
antimateria.
Un nuevo modelo cosmológico propone que es imposible
que nuestro universo pueda existir consistentemente con sus propios principios
sin tener a su lado un universo opuesto.
Ese segundo universo sería como un mellizo del
nuestro, pero como una imagen especular: todo lo que contiene está invertido
respecto al nuestro. Incluso el tiempo, en vez de avanzar hacia el futuro, lo
hace hacia el pasado (aunque a efectos de ese universo somos nosotros los que
vamos al revés).
Si ese modelo se confirmara, significaría que el
universo que conocemos y hemos estudiado es solo una parte de una entidad mucho
más compleja, de un megauniverso complejo, formado por un lado por nuestro
universo y, por otro lado, por otro universo inverso.
Y, lo que es más sorprendente, ese modelo descubre
que existiría una forma natural de extender nuestro universo más allá del Big
Bang, una singularidad en la que se rompe la relatividad general y que permite
asomarnos al otro lado, al más allá del universo conocido, explica al respecto
Physicsworld.
Los autores de esta investigación, Latham Boyle,
Kieran Finn y Neil Turok, del Perimeter Institute for Theoretical Physics en
Canadá, han llegado a esta conclusión profundizando en las debilidades del
modelo cosmológico actual.
Una de estas debilidades es una pequeña
contradicción no resuelta: si nuestro universo está en continua expansión,
teóricamente estaría violando una simetría fundamental de la naturaleza,
llamada simetría CPT (por las iniciales de Carga, Paridad y Tiempo).
Esa simetría indica que, si se invierten las cargas,
la paridad y el tiempo de una interacción de partículas, esa interacción se
comportará siempre de la misma manera (será simétrica).
Los investigadores consideran que este no es el caso
del universo que vemos a nuestro alrededor, en el que el tiempo avanza a medida
que el espacio se expande, y en el que hay más materia que antimateria. Sin
embargo, esa simetría sí se cumple en el caso del antiuniverso.
En el megauniverso complejo se cumpliría por tanto
la simetría CPT porque en una de sus manifestaciones (el antiuniverso) no solo
el tiempo transcurre en una dirección opuesta a la del nuestro, sino que
también está dominado por la antimateria. La imagen especular de ambos
universos mellizos compensa los posibles desajustes.
Estos autores consideran que ese modelo simétrico de
megauniverso complejo, integrado por dos universos especulares, no solo es
consistente con la historia de expansión cósmica conocida, sino que también
proporciona una explicación directa para la materia oscura.
Por un lado, ese megauniverso complejo, integrado
por dos universos opuestos, puede expandirse y llenarse de partículas sin
necesidad de un largo período de rápida expansión conocido como inflación (que
tal vez erróneamente hemos atribuído a nuestro universo), por lo que no
violaría la simetría básica de la naturaleza (CPT).
Por otro lado, ese universo complejo resuelve
también el misterio de la materia oscura: no sería más que un nuevo tipo de
neutrino, todavía no observado, que solo puede existir en el “otro” universo.
Eso no significa que el universo y el antiuniverso
sean imágenes especulares exactas, advierten los investigadores. Hay un margen
de diferencia entre ellos, tal vez como la que existe entre dos mellizos (en
vez de gemelos), lo que permite a los investigadores eludir problemas espinosos
de su modelo, como el libre albedrío.
Los investigadores reconocen que aún necesitan
resolver muchos detalles de su teoría antes de que pueda ser aceptada, aunque
su aportación refuerza lo que desde hace tiempo otros físicos han asumido: que
la simetría CPT está en el ojo del huracán y que el reconocimiento de la
ruptura de esta simetría conducirá a un cambio de paradigma en la física
fundamental. El nuevo estudio es un paso adelante en esa dirección.
El problema es que, seguramente, nunca podremos
acceder a ese más allá de nuestro universo: tendría que ser posible viajar al
pasado a través del espacio tiempo, cruzar la singularidad gravitacional del
Big Bang y desembarcar en el otro universo.
Eso no significa que la teoría que sustenta a este
universo complejo no pueda ser demostrada, señalan los investigadores. Una
pista importante pueden ser las ondas gravitatorias primordiales, que inundaron
nuestro universo en los primeros momentos de su nacimiento.
Según el modelo propuesto, esas ondas gravitatorias
no deberían existir: si no hubo inflación cósmica, tampoco hubo ondas gravitacionales
primordiales.
Llevamos buscando esas ondeas desde hace mucho
tiempo, pero no las hemos detectado directamente (solo existen detecciones
indirectas sólidas de estas ondas). Si nunca se confirmara su existencia real,
podría ser una pista de que realmente nuestro universo tiene su propio más
allá, según los investigadores.
Esta teoría lleva unos años rodando entre los
círculos científicos, despertando diversas reacciones. Sus autores tuvieron que
convencer a sus pares para que la primera versión de su teoría fuera publicada
en 2018.
Ahora la han madurado aún más en otra versión que
han publicado este año. Pero al modelo propuesto todavía le queda un largo
trayecto para que pueda considerarse consistente. Aunque no por ello pierde su
atractivo.
REFERENCIAS
The Big Bang, CPT, and neutrino dark matter. Latham
Boylea, Kieran Finn, Neil Turok. Annals of Physics, Volume 438, March 2022,
168767. DOI:https://doi.org/10.1016/j.aop.2022.168767CPT -Symmetric Universe.
Latham Boyle, Kieran Finn, Neil Turok. Phys. Rev. Lett. 121, 251301; 20
December 2018. DOI:https://doi.org/10.1103/PhysRevLett.121.251301
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