La NASA forma un equipo especial para investigar los avistamientos de ovnis
La NASA reúne desde este lunes a 16 investigadores
con un objetivo insólito: formar un equipo independiente que estudie la
naturaleza real de los ovnis, lo que la agencia llama «fenómenos aéreos no
identificados» (UAP, por sus siglas en inglés). Se trata de eventos en el cielo
que no pueden identificarse ni como aeronaves ni como fenómenos naturales y
cuyo origen es un misterio. En el grupo participan científicos de primer nivel,
profesionales de datos e inteligencia artificial, expertos en seguridad
aeroespacial y un exastronauta, Scott Kelly. Trabajarán durante nueve meses con
datos no clasificados recopilados por entidades gubernamentales y civiles. Sus
resultados se publicarán a mediados del próximo año.
«Explorar lo desconocido en el espacio y la
atmósfera está en el corazón de lo que somos en la NASA», ha dicho Thomas
Zurbuchen, administrador asociado de la Dirección de Misiones Científicas en la
sede de la NASA en Washington. «Comprender los datos que tenemos sobre los
fenómenos aéreos no identificados es fundamental para ayudarnos a sacar conclusiones
científicas sobre lo que está sucediendo en nuestros cielos. Los datos son el
lenguaje de los científicos y hacen que lo inexplicable sea explicable», ha
añadido.
Aunque los ovnis son para muchos un divertimento de
la cultura popular, la NASA se los toma muy en serio. A su juicio, estos
fenómenos son importantes para la seguridad nacional y la aérea. El enfoque del
estudio es informar a la NASA qué datos posibles podrían recopilarse en el
futuro para discernir científicamente la naturaleza de estos objetos.
En el equipo participan reconocidos astrofísicos y
científicos planetarios, miembros del Instituto SETI de búsqueda de vida
inteligente fuera de la Tierra, una oceanógrafa biológica, el creador de los
acuerdos de Artemisa (establecieron las normas del comportamiento en el
espacio), un antiguo subsecretario en los departamentos de Seguridad Nacional y
de Defensa de EE.UU, e incluso la hija de Frank Drake, el creador de la famosa
ecuación para calcular las posibilidades de vida extraterrestres, que trabaja como
periodista. La agencia los denomina «mentes líderes».
Pero el miembro más famoso del equipo es sin duda
Scott Kelly, astronauta de la NASA retirado que estuvo al mando de varias
expediciones de la Estación Espacial Internacional (ISS). Fue seleccionado para
una misión de un año a la plataforma orbital donde estableció el récord en ese
momento por el número total acumulado de días que pasó en el espacio.
Los investigadores identificarán qué datos pueden
potencialmente analizarse para arrojar luz sobre fenómenos aéreos no
identificados. Luego recomendarán una hoja de ruta para futuros casos. Está
previsto que el estudio dure nueve meses. Posteriormente, la información se
compartirá en un informe independiente y sin clasificar.
La NASA reconoce que no hay datos que respalden la
idea de que las UAP son evidencia de tecnologías alienígenas, pero reconoce que
una de sus prioridades es la búsqueda de vida en otras partes del universo,
entre lo que se incluyen las tecnofirmas, signos de tecnología que podemos usar
para inferir la existencia de una civilización avanzada en otras partes del universo,
incluidas grandes estructuras en órbita, contaminación atmosférica, señales de
radio de banda estrecha o láseres pulsados.
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