Detectan por primera vez bajo la Antártida neutrinos "fantasma" emitidos por una galaxia activa
Un equipo internacional de científicos ha encontrado
por primera vez pruebas de la emisión de neutrinos de alta energía en NGC 1068,
también conocida como Messier 77, una galaxia espiral activa en la constelación
de Cetus y una de las más estudiadas hasta la fecha; esta se observó por
primera vez en 1780.
Detrás de este descubrimiento está el Observatorio
IceCube, una red de miles de sensores situados en la Antártida, en las
profundidades del hielo, que lleva más de diez años vigilando "las
huellas" de estas escurridizas partículas; en este proyecto participan más
de 350 científicos de 58 instituciones de todo el mundo.
El misterio de los agujeros negros
El universo está lleno de misterios y uno de ellos
es el de las galaxias activas con gigantescos agujeros negros en su centro; los
procesos que allí tienen lugar aún no son bien conocidos por la comunidad
científica, señala Elisa Resconi, de la Universidad Técnica de Múnich (TUM).
Ahora, con este hallazgo que se publica en Science,
se ha dado un paso importante para resolver este rompecabezas, asegura.
Situada a 47 millones de años luz, NGC 1068 se
parece a nuestra galaxia en forma y tamaño, pero, a diferencia de la Vía
Láctea, esta es una galaxia activa en la que la mayor parte de la radiación no
es producida por las estrellas, sino que se debe a la caída de material en un
agujero negro millones de veces más masivo que nuestro sol.
Es muy difícil investigar estos centros activos de las
galaxias con telescopios convencionales, debido, entre otros, a las inmensas
nubes de polvo y gas, de ahí la importancia del Observatorio de Neutrinos
Icecube.
Y es que solo los neutrinos, partículas elementales
que prácticamente no interaccionan con el mundo que nos rodea, por lo que
también son conocidos como "partículas fantasma", pueden escapar de
"los infiernos" en los bordes de los agujeros negros, explica la TUM.
Estas partículas –detalla– no tienen carga eléctrica
y casi no tienen masa. Penetran en el espacio sin ser desviadas por los campos
electromagnéticos ni absorbidas, lo que hace que sean muy difíciles de
detectar.
Aunque los científicos imaginaron la astronomía de
neutrinos hace más de 60 años, la débil interacción de estos con la materia y
la radiación hace que su detección sea extremadamente difícil, resume por su
parte la Universidad de Wisconsin-Madison, en Estados Unidos.
Pero, añade, los neutrinos podrían ser la clave de
las preguntas sobre el funcionamiento de los objetos más extremos del cosmos.
Hasta ahora, el mayor obstáculo en la astronomía de
neutrinos ha sido separar la señal muy débil del fuerte ruido de fondo creado
por los impactos de partículas en la atmósfera terrestre.
Fueron necesarios muchos años de mediciones con
IceCube y nuevos métodos estadísticos para que los investigadores pudieran
acumular suficientes eventos de neutrinos para confirmar el descubrimiento.
"Basándonos en su energía y su ángulo de
incidencia podemos reconstruir de dónde proceden", afirma Theo Glauch,
científico de la TUM: "La evaluación estadística muestra un grupo muy
significativo de impactos de neutrinos que provienen de la dirección de la
galaxia NGC 1068".
"Esto significa que podemos asumir con una
probabilidad que roza la certeza que la radiación de neutrinos de alta energía
proviene de esta galaxia".
IceCube, recolector de neutrinos
IceCube ha acumulado unos 80 neutrinos, que
"aún no son suficientes para responder a todas nuestras preguntas, pero
definitivamente son el siguiente gran paso hacia la realización de la
astronomía de neutrinos", subraya Francis Halzen, de la Wisconsin-Madison.
Sobre cómo se generan, Resconi apunta: "Creemos
que los neutrinos de alta energía son el resultado de la aceleración extrema
que experimenta la materia en las proximidades del agujero negro".
"Sabemos por los experimentos de los
aceleradores de partículas que los protones de alta energía generan neutrinos
cuando chocan con otras partículas. En otras palabras: Hemos encontrado un
acelerador cósmico".
NGC 1068 es la fuente estadísticamente más
significativa de neutrinos de alta energía que se ha descubierto hasta ahora.
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