"Volvemos a la Luna para aprender a mandar humanos a Marte”
A la tercera fue la vencida. Artemisa, la primera
misión del programa de EEUU para regresar a la Luna medio siglo después de la
era Apolo, ya está en marcha. Otro contratiempo técnico en la noche del martes
hizo temer un nuevo retraso, pero los ingenieros de la NASA fueron capaces de
arreglar una fuga de hidrógeno líquido detectada mientras llenaban de
combustible el imponente cohete Space Launch System (SLS) que ha impulsado
hacia la Luna a la nave Orión.
A las 7.47 (hora peninsular española, 1.47 en
Florida) despegaba por fin Artemisa 1 rumbo a la Luna, 43 minutos después de
que se abriera la ventana de lanzamiento de dos horas de la que disponían para
poner en órbita el vehículo lunar. La NASA ha confirmado que todas las fases
del vehículo se han separado con normalidad y los paneles solares de la nave se
han desplegado adecuadamente. También se ha llevado a cabo con éxito la
inyección translunar, una maniobra que acelera la nave a 36.370 kilómetros por
hora y la propulsa para que se dirija a la Luna. Alrededor de cien mil personas
han esperado durante horas en las inmediaciones del Centro Espacial Kennedy
para ser testigos del emocionante lanzamiento de Artemisa 1, una misión no
tripulada de 26 días de duración (25 días, 11 horas y 36 minutos para ser
exactos) que orbitará nuestro satélite para probar por primera vez todos los sistemas
que deben permitir hacia 2025 volver a aterrizar en la Luna.
Los responsables de la NASA están ofreciendo una
rueda de prensa para informar sobre el estado de la nave. "Qué espectáculo
tan increíble ver el cohete SLS y la nave espacial despegar juntos por primera
vez", ha declarado Bill Nelson, director de la NASA.
El máximo responsable de la agencia espacial de EEUU
ha subrayado a los periodistas que se trata de una misión de prueba: "El
espacio es duro, es muy duro, cuando intentas hacer lo que estamos
haciendo", ha señalado.
"Volvemos a la Luna para aprender a vivir en la
Luna y prepararnos para enviar humanos a Marte. La Luna está solo a unos días,
y estamos viendo gracias al James Webb lo vasto que es el universo", ha
añadido Nelson, que ha tenido palabras de recuerdo para todos los astronautas
de la NASA, mencionando sobre todo a los tres fallecidos en un incendio durante
la misión de prueba del Apolo 1, que sufrió un accidente en tierra en 1967
"¡Artemisa viaja hacia la Luna! Felicidades al
increíble equipo que nos ha llevado a este momento", señalaba en Twitter
Nelson, instantes después del despegue desde la histórica plataforma 39B del
Centro Kennedy.
El viaje que ha comenzado hoy no lleva tripulantes
pero es un test crucial porque de él dependerán Artemisa 2, la misión en la que
varios astronautas orbitarán la Luna, previsiblemente en 2024, y Artemisa 3,
que será la Apolo 11 del siglo XXI. En esta tercera misión viajarán al menos
dos astronautas, una mujer y un hombre y aunque estaba prevista para 2024, el
año pasado Bill Nelson admitió que no podría partir antes de 2025 por una serie
de problemas que incluían retrasos por el coronavirus, cuestiones financieras y
un retraso en el desarrollo de los trajes de los astronautas.
La fuga de hidrógeno detectada en esta ocasión
procedía de una válvula en la plataforma de lanzamiento, y estaba situada en
una zona distinta a las que se produjeron en otros intentos de despegue. Un
total de 3,7 millones de litros de combustible (hidrógeno líquido y oxígeno) hacen
falta para poner en marcha el cohete de casi 100 metros de altura que
protagoniza esta misión en la que la NASA va a a gastar en torno a 4.100
millones de dólares.
El vuelo de prueba durará tres semanas y media
durante las cuales la nave Orión se situará a una distancia de la Luna que
oscilará entre los 70.000 kilómetros y los 100 kilómetros. El plan es que la
aproximación a la Luna se produzca el 21 de noviembre.
Durante la reentrada en la atmósfera terrestre, la
cápsula viajará a casi 40.000 kilómetros por hora y soportará temperaturas
cercanas a los 3.000 grados antes de amerizar en el Pacífico. El regreso de la
nave está previsto para el 11 de diciembre.
La duración de la misión depende de la fecha de
lanzamiento, pues el amerizaje debe producirse durante el día para que pueda
ser recuperada la cápsula por los buques de salvamento. Por ello, si hubiera
despegado en otras fechas el vuelo podría haberse prolongado hasta 42 días.
Verificar el estado de la nave es una fase crucial,
pues en la siguiente misión viajarán en ella personas.
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