Mimas, la luna de Saturno, esconde un mar subterráneo
Cuando la sonda espacial Cassini de la NASA, que
estuvo en órbita a Saturno entre los años 2004 y 2017, detectó una peculiar
oscilación en la rotación de Mimas, surgió la sospecha de que esa luna de
Saturno muy cercana al planeta podía albergar un océano subterráneo.
Desde aquella primera sospecha, los indicios de la
existencia de ese mar en Mimas no han dejado de crecer.
Alyssa Rhoden, del Instituto de Investigación del
Sudoeste (SwRI), y Adeene Denton, de la Universidad Purdue, en Estados Unidos
ambas instituciones, se propusieron averiguar cómo un astro como Mimas, sin una
corteza de hielo profusa y claramente visible en su exterior como por ejemplo
Europa (una luna de Júpiter) y con una superficie tan densamente craterizada,
podía albergar un mar en su interior.
El pequeño tamaño de Mimas (400 kilómetros de
diámetro medio) y su ausencia de actividad geológica sugerían que no era más
que una roca inerte, sin nada de interés en su interior.
"Mimas nos parecía un candidato poco probable a
poseer un océano subterráneo, teniendo en cuenta su superficie fuertemente
craterizada y con un cráter de impacto gigante que hace que la pequeña luna se
parezca mucho a la Estrella de la Muerte de ‘La Guerra de las Galaxias’",
confiesa Rhoden. "Si Mimas tiene un océano, entonces estamos ante una
nueva clase de pequeños mundos oceánicos 'camuflados' con superficies que no
delatan la existencia del océano".
Mediante modelación digital, y valiéndose de datos
sobre el cráter Herschel, que ocupa una porción notable de la superficie del
astro, las autoras del estudio han llegado a la conclusión de que la corteza de
hielo de Mimas debía tener al menos 55 kilómetros de espesor en el momento del
impacto que formó al cráter Herschel. Por el contrario, las observaciones de
Mimas y los modelos de su calentamiento interno limitan el grosor actual de la
capa de hielo a menos de 30 kilómetros, si es que actualmente alberga un
océano.
Estos resultados implican que si hoy en día existe
un océano en el subsuelo de Mimas, este mar debe haberse estado calentando y
expandiendo desde que se formó la cuenca.
También es posible que Mimas estuviera completamente
helada tanto en el momento del impacto de Herschel como en la actualidad. Sin
embargo, las investigadoras han constatado que incluir un océano interior en
los modelos de impacto ayuda a producir la forma que tiene la cuenca.
En resumen, si, tal como parece, Mimas tiene un
océano subterráneo en la actualidad, la capa de hielo se ha ido adelgazando
desde la formación del cráter Herschel, lo que también podría explicar la falta
de fracturas en Mimas.
El estudio se titula “Tracking the evolution of an
ocean within Mimas using the Herschel impact basin”. Y se ha publicado en la
revista académica Geophysical Research Letters. (Fuente: NCYT de Amazings)
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