Buscan vida extraterrestre en polvo cósmico
Tras enormes colisiones, como los impactos de
asteroides, puede que se expulse al espacio cierta cantidad de material de un
mundo impactado. Este material puede viajar grandes distancias y durante
periodos de tiempo extremadamente largos. En teoría, este material podría
contener señales directas o indirectas de vida del mundo anfitrión, como
fósiles de microorganismos. Y este material podría ser detectable por los seres
humanos en un futuro próximo, o incluso ahora.
Cuando uno oye las palabras vacío y polvo en una
frase, puede gemir ante la idea de tener que hacer las tareas domésticas. Pero
en astronomía, estas palabras tienen connotaciones diferentes. El vacío, por
supuesto, se refiere al vacío del espacio. El polvo, sin embargo, significa
material sólido difuso que flota en el espacio. Puede ser una molestia para
algunos astrónomos, ya que puede dificultar la visión de algún objeto lejano. O
el polvo podría ser una herramienta útil para ayudar a otros astrónomos a
aprender sobre algo lejano sin tener que abandonar la seguridad de nuestro
propio planeta. El profesor Tomonori Totani, del Departamento de Astronomía de
la Universidad de Tokio, tiene una idea para el polvo espacial que podría sonar
a ciencia ficción, pero que en realidad merece una seria consideración.
Propongo que estudiemos granos bien conservados
expulsados de otros mundos en busca de posibles signos de vida, afirma Totani.
La búsqueda de vida fuera de nuestro sistema solar suele significar una
búsqueda de señales de comunicación, lo que indicaría vida inteligente pero
excluye cualquier vida pretecnológica. O la búsqueda es de firmas atmosféricas
que podrían insinuar vida, pero sin confirmación directa siempre podría haber
una explicación que no requiera vida. Sin embargo, si hay señales de vida en los
granos de polvo, no sólo podríamos estar seguros, sino que también podríamos
averiguarlo pronto.
Se cree que este trozo de polvo interplanetario
forma parte del sistema solar primitivo y se encontró en nuestra atmósfera, lo
que demuestra que las partículas ligeras podrían sobrevivir a la entrada en la
atmósfera, ya que no generan mucho calor por fricción | foto NASA
La idea básica es que los impactos de grandes
asteroides pueden expulsar material terrestre al espacio. Existe la posibilidad
de que microorganismos recientemente fallecidos o incluso fosilizados puedan
estar contenidos en algún material rocoso de esta eyecta. Este material variará
mucho de tamaño, y los trozos de distinto tamaño se comportarán de forma
diferente una vez en el espacio. Algunos trozos más grandes podrían caer o
entrar en órbitas permanentes alrededor de un planeta o estrella local. Y
algunos trozos mucho más pequeños podrían ser demasiado pequeños para contener
signos verificables de vida. Pero los granos del orden de 1 micrómetro (la
milésima parte de un milímetro) no sólo podrían albergar un espécimen de
organismo unicelular, sino que también podrían escapar por completo de su
sistema solar anfitrión y, en las circunstancias adecuadas, incluso aventurarse
hasta el nuestro.
Mi artículo explora esta idea utilizando los datos
disponibles sobre los distintos aspectos de este escenario, explica Totani. Las
distancias y los tiempos pueden ser enormes, y ambos reducen la posibilidad de
que cualquier eyecta que contenga señales de vida de otro mundo pueda llegar
hasta nosotros. Si a esto añadimos la cantidad de fenómenos espaciales que
pueden destruir pequeños objetos debido al calor o la radiación, las
probabilidades se reducen aún más. A pesar de ello, calculo que unos 100.000
granos de este tipo podrían aterrizar en la Tierra cada año. Dado que hay
muchas incógnitas implicadas, esta estimación podría ser demasiado alta o
demasiado baja, pero los medios para explorarla ya existen, así que parece una
búsqueda que merece la pena.
Es posible que ya haya granos de este tipo en la
Tierra, y en cantidades abundantes, conservados en lugares como el hielo
antártico o bajo el fondo marino. El polvo espacial en estos lugares podría
recuperarse con relativa facilidad, pero discernir el material extrasolar del
material originado en nuestro propio sistema solar sigue siendo una cuestión
compleja. Sin embargo, si la búsqueda se extiende al propio espacio, ya existen
misiones que capturan polvo en el vacío utilizando materiales ultraligeros
llamados aerogeles.
Espero que investigadores de distintos campos se
interesen por esta idea y empiecen a examinar con más detalle la viabilidad de
esta nueva búsqueda de vida extrasolar, afirma Totani.
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