La playa española donde podrías encontrar fósiles de dinosaurio
La península ibérica es un lugar muy rico en
fósiles. Entre los mejores yacimientos que hay en España, tenemos Las Hoyas, en
Cuenca, lugar donde han sido hallados fósiles de criaturas tan singulares como
Concavenator o Iberomesornis. Presenta fósiles de una conservación excepcional,
al nivel de los hallados en Solnhofen, Alemania —donde se descubrió a
Archaeopteryx (Archaeopteryx, la primera ave y caballo de batalla de la
evolución)— o en la formación Xixian, en China.
Pero además, hay otros muchos lugares donde se
encuentran fósiles de dinosaurios y otros animales prehistóricos en España, que
sin tener una preservación tan excepcional, sí aportan una gran cantidad de
restos y de datos científicos. Y uno de esos lugares se encuentra en las costas
de Asturias.
Era la década de 1960 y José Carlos García–Ramos se
maravillaba cada vez que bajaba a la playa de La Griega y veía con gran
curiosidad las enormes marcas en la roca. Durante muchos años dudó de su propio
hallazgo; las marcas eran demasiado grandes, de más de un metro de diámetro.
Pero cuando terminó su carrera de geología, en 1969, fue consciente de la magnitud
de su descubrimiento. Aquellas marcas eran huellas de algún tipo de dinosaurio
que habitó Asturias hace más de 100 millones de años.
Desde ese primer descubrimiento, la playa de La
Griega no ha dejado de sorprender a los científicos. En sus rocas se han
encontrado huellas, huesos y, en algunos casos, dientes de diferentes tipos de
dinosaurio, especialmente saurópodos —cuello y cola largos—, terópodos
—bípedos, normalmente carnívoros—, ornitópodos —herbívoros con las patas
traseras de tres dedos—, y tireóforos —herbívoros con el cuerpo acorazado por
placas—. Estos últimos, que comprenden dinosaurios tan icónicos como
Stegosaurus, de huellas muy raras, aparecen con relativa frecuencia en La
Griega. También se han hallado huellas de pterosaurios, restos de reptiles
marinos, como los ictiosaurios, y rastros que muestran el comportamiento de
peces e invertebrados marinos.
De todos los restos, los más relevantes son las
icnitas —término con el que se denomina a los fósiles de huellas—. Actualmente,
en el Museo Jurásico de Asturias (MUJA), fundado en 2004 gracias a la
iniciativa del profesor García-Ramos, posee la mayor colección de huellas de
dinosaurio de toda Europa.
Muchos yacimientos de dinosaurios se encuentran en
campo abierto. Se va excavando hacia abajo, siguiendo los distintos estratos
hasta que se agotan. Pero el caso de La Griega y las playas cercanas, área
conocida como “la Costa de los Dinosaurios”, es muy distinto. El entorno rocoso
se enfrenta a un acantilado vertical, escarpado y casi impracticable. Entre la
verticalidad de la pared, su gran altura, la dureza de su roca y lo cercano que
está el mar, con el peligro de sus mareas, excavar es prácticamente imposible.
En ocasiones, cuando se encuentra un fósil en una
roca de grandes dimensiones, es necesario extraerla con helicóptero. Hablando
con Laura Piñuela, investigadora del MUJA, nos confirmó que, en el año 2012,
tuvieron que contar con la ayuda de un helicóptero militar Chinook, del
Ejército de Tierra, para rescatar un bloque de más de dos toneladas y media en
la Playa de la Ñora, situada entre Gijón y Villaviciosa.
En este entorno, los fósiles se ven sometidos a dos
tipos de fuerzas contrapuestas. La lluvia, que erosiona el acantilado, va
liberando, poco a poco, fragmentos de roca que son depositados paulatinamente
en la playa. «Las lluvias nos dan los restos, pero tienes que estar muy atento,
porque si no lo encuentras en el momento oportuno, en pocos días, el mar ya lo
ha destruido», explicó Piñuela para Muy Interesante.
Además, algunos fósiles son difíciles de ver;
algunos invertebrados dejaban marcas tan sutiles que solo se aprecian como
ligeras texturas en la superficie de la roca. «Solo si el sol incide desde
determinado ángulo, y tú te encuentras en la posición adecuada, consigues
verlo; si no, el fósil pasa totalmente desapercibido y puedes perderlo para
siempre», aclara.
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