Liberan más de 100 monos de un laboratorio de experimentos en Colombia
En las montañas de Palmira, en el suroeste de
Colombia, 108 monos están en tratamiento para recuperarlos de los maltratos y
la crueldad a los que fueron sometidos en los laboratorios de una fundación que
los usaba para experimentar una vacuna contra la malaria.
Los simios estuvieron durante años en el Centro de
Investigación Caucaseco y la Fundación Centro de Primates, en las afueras de
Cali, y cuando fueron rescatados de las jaulas algunos no tenían ojos, otros
estaban sin falanges en sus dedos o con huesos rotos, varios sufrían de alopecia,
tenían dientes partidos o con sarro y todos estaban llenos de parásitos.
La denuncia sobre la crueldad a la que eran
sometidos los animales partió de la organización animalista Peta, según la cual
los dos centros que los tenían cautivos obtuvieron desde 2003 millones de
dólares en financiación del Gobierno colombiano y de los Institutos Nacionales
de Salud de Estados Unidos (NIH, sigla en inglés).
En una operación de la Corporación Autónoma Regional
del Valle del Cauca (CVC) con la ayuda de la Fiscalía, la Policía y el
Ejército, los animales fueron rescatados el 17 de febrero.
Ese día fueron trasladados al Centro de Atención y
Valoración de Fauna Silvestre San Emigdio, un santuario de 14 hectáreas donde
23 profesionales se encargan de cuidarlos para que recuperen la salud.
Según el director general de la CVC, Marco Antonio
Suárez Gutiérrez, los animales están en periodo de cuarentena de 90 días con
una dieta especial.
“Llegaron muy mal, con problemas de nutrición y
diversos factores que nos entristecen; 102 de ellos son monos nocturnos y 6 son
monos ardilla que, a un mes de su recuperación, ya muestran mejorías”, dijo
Suárez a EFE.
El funcionario agregó que en San Emigdio “se han
adecuado hábitats para este tipo de monos que permiten que en la cuarentena se
pueda hacer detección de enfermedades y permitir una evaluación precisa del
estado de salud. En este periodo se aplican protocolos de medicina preventiva y
curativa según sea el caso”.
Suárez precisa que los animales “no serán devueltos
de ninguna manera a sus antiguos tenedores”, aunque confirma que las
organizaciones que los tenían encerrados han interpuesto dos acciones de tutela
para tratar de recuperar a los primates.
“Por fortuna las autoridades han fallado a favor de
nuestra corporación. No permitiremos que haya más maltrato contra los
animales”, puntualiza.
La bióloga Alexandra Duque, que trabaja con la CVC
en el centro de atención San Emigdio, precisa que los primates han pasado por
varios procesos buscando que recuperen hábitos y puedan adaptarse a las
condiciones naturales. Los espacios están rodeados de vegetación típica del
bosque seco tropical y se alimentan con cebada, semillas, gusanos y diversas
proteínas que encuentran en libertad.
“A pesar de todos los esfuerzos, no es lo mismo que
verlos andar en su espacio natural. Si la gente entendiera el sufrimiento por
el que tiene que pasar un animal en cautiverio los dejarían en libertad”,
explica la bióloga a EFE.
Luego de estabilizarlos, y cuando pasen los 90 días,
las autoridades indicarán si los monos están en condiciones de ser liberados en
la naturaleza o si serán reubicados en otras instituciones.
También se entregará un censo de los que
posiblemente hayan fallecido o de aquellos a los que hayan tenido que
aplicarles la eutanasia por su crítica condición.
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