¿Temblaba el suelo al pasar los dinosaurios?
La lluvia arrecia sobre el vehículo que recorre el
“Parque Jurásico”. El pequeño Tim se incorpora de su asiento para fijarse en un
vaso de agua mientras Donald despierta de la cabezada que estaba echando. Un
fallo en el sistema del parque ha dejado sin electricidad a las instalaciones.
Los coches no avanzan y las vallas de 10 000 voltios son meros alambres para
los gigantes que deberían mantener alejados de los humanos que pasean por las
atracciones. El agua del vaso de mueve y forma ondulaciones. Cada vez se escucha
más cerca. Cada vez retumban más fuerte las pisadas de Tyrannosaurus rex. Cada
vez se siente más la vibración que generan sus pasos. Lo marca el agua, se
aprecia en los coches, se palpa en los corazones. La alambrada cae y hace acto
de presencia el dinosaurio más famoso del cine. Imposible no sentir emoción la
primera vez que se ve esta escena de “Parque Jurásico” (algunos la seguimos
sintiendo, aunque ya seamos capaces de contarla de memoria). El aficionado a
las buenas películas vibra (nunca mejor dicho) al ver cómo se escapa uno de los
mayores depredadores de la historia de la Tierra. Pero el divulgador científico
se pregunta: ¿de verdad tendría ese efecto en un vaso de agua el paso de
Tyrannosaurus rex? ¿Temblaba el suelo cuando caminaban los dinosaurios
gigantes?
No tenemos claro si es una desgracia o una suerte el
hecho de no poder responder a esta pregunta observando un espécimen de T. rex
de verdad. En cualquier caso, sí tenemos claro que la ficción parte de una idea
con el objetivo de entretener, y eso la distingue mucho de la paleontología,
que parte del estudio de fósiles y tiene el objetivo de conocer todo lo posible
sobre la vida en el pasado de nuestro planeta. Por tanto, para averiguar si los
dinosaurios sacudían el suelo con sus patas, solo podemos fijarnos en los
restos fósiles disponibles y compararlos con los grandes animales terrestres
que viven en la actualidad.
Si nos centramos en el dinosaurio protagonista de
nuestra escena, T. rex pesaba entre 7 y 9 toneladas. ¿Sacudiría el suelo un
autobús si en vez de rodar sobre la carretera caminara sobre dos patas? La
respuesta es sí, probablemente sentiríamos vibraciones al paso de Tyrannosaurus
rex, sobre todo en plena carrera una vez se lanzara a la caza de alguna presa.
¿Has presenciado alguna vez una carrera de caballos?
En Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) son un espectáculo. Los caballos corren por la
playa y los espectadores podemos situarnos muy cerca de la improvisada pista
del hipódromo. Nada de gradas. Con los pies sobre la arena, uno siente el paso
de los jinetes y sus veloces monturas.
El mamífero terrestre más grande de nuestros días es
el elefante africano, que pesa entre 4 y 7 toneladas. Es un poco más pequeño
que los mayores especímenes de T. rex que hemos encontrado. Un elefante
africano sacude el suelo cuando pasa corriendo a nuestro lado. Ya no digamos un
grupo en estampida. Tanto es así que un equipo de investigadores publicó un
estudio sobre los elefantes en el que defienden que se comunican haciendo
retumbar el suelo. O’Connell-Rodwell, de la Universidad de Stanford, encabezó
este interesante estudio que analizaba una nueva perspectiva acerca de la
distancia de comunicación entre elefantes. Allí donde no llegan con sus
barritos, la vibración de sus pistones parece ser una alternativa.
“Cuando un
elefante pisa y retumba el suelo, la gente que está alrededor lo siente.
También lo notan otros elefantes, que utilizan posiblemente las uñas de los
pies para captar mensajes enviados por sus congéneres desde distancias
considerables, hasta unos 32 kilómetros”.
El elefante camina sobre cuatro patas, se supone
que, al hacerlo sobre dos patas, Tyrannosaurus rex tendría una pisada aún más
pesada y, por tanto, susceptible de hacer temblar el suelo. Ahora bien, no
debemos olvidar que era un depredador y para cazar se necesita sigilo.
Entonces, es posible pensar en un T. rex sacudiendo el suelo mientras corría,
pero cuando caminaba y, sobre todo, cuando acechaba, lo normal sería que fuera
con un movimiento silencioso para no alertar a su presa.
Por tanto, es posible que Tyrannosaurus rex hiciera
temblar el suelo, pero al correr. En modo sigilo, tal y como aparece en “Parque
Jurásico”, no creemos que el agua del vaso que observa Tim se moviera con cada
paso del dinosaurio.
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