Los masái matan con lanzas a ‘Loonkito’, uno de los leones en libertad más viejos del mundo
Uno de los leones en libertad más viejos del mundo,
bautizado como Loonkito, ha muerto de las heridas sufridas cuando un grupo de
pastores masái le atacó con sus lanzas en la localidad de Olkelunyiet, próxima
al parque nacional de Amboseli, en Kenia, donde vivía el animal. Fue el pasado
miércoles. Los machos de esta especie sobreviven una media de 13 años en estado
salvaje, así que, a sus 19 años, Loonkito era toda una celebridad y uno de los
principales objetivos de fotógrafos y amantes de la vida silvestre de este
espacio natural. Este sábado, otros seis leones fueron abatidos por pastores en
la misma zona de Amboseli, lo que ha generado una gran preocupación entre las
organizaciones conservacionistas.
Loonkito había salido de los límites del parque y se
había colado en un recinto vallado donde los pastores guardaban su ganado. “Era
un viejo león al que le costaba alimentarse y el ganado es una presa fácil. Un
león normal habría ido a buscar fauna silvestre dentro del parque”, aseguró a
los medios Paul Jinaro, portavoz de la agencia keniana para la protección de la
vida salvaje (KWS, por sus siglas en inglés). Además, el periodo posterior a la
época seca, cuando las presas recuperan sus fuerzas y se vuelven más difíciles
de cazar, coincide con un pico en los incidentes entre pastores y estos
félidos, que en su desesperación atacan en ocasiones al ganado.
“Con el corazón encogido compartimos la noticia de
la muerte de Loonkito (2004-2023), el león macho más longevo de nuestro
ecosistema y quizás de África”, aseguró la asociación keniana Lion Guardians en
sus redes sociales. Aunque había perdido parte de su melena y estaba débil y
envejecido, era toda una leyenda a la que últimamente se le solía ver
acompañado por varias hembras y sus crías. Los guardianes del parque destacaron
que entre 2010 y 2017 defendió con éxito junto a su hermano Ambogga el
territorio de su manada, situado en una de las zonas con más presas de Amboseli.
Sin embargo, desde hace seis años reinaba en solitario después de que su
hermano muriera en una disputa territorial en la que el propio Loonkito resultó
herido.
Las relaciones entre el pueblo masái y los leones
han ido evolucionando con los años. Antiguamente, los miembros de este pueblo
seminómada cazaban a estos félidos como un ritual de paso de la niñez a la edad
adulta. Sin embargo, esta tradición va cayendo en desuso debido a la protección
otorgada a la especie y a la progresiva implicación de los masáis como agentes
medioambientales en la defensa de los animales. Ello no impide que se sigan
produciendo incidentes cuando los leones salen de las reservas de fauna y
atacan al ganado, el principal medio de vida de este pueblo. “Tenemos que sensibilizar
a las personas para que encuentren una manera de alertarnos y podamos devolver
los animales a los parques”, subrayó Jinaro.
Solo en una semana han sido abatidos diez leones en
la zona de Amboseli, según informó este domingo la KWS mediante un comunicado,
después de que el sábado otros seis fueran eliminados por pastores. Este grupo
de félidos había atacado a 11 cabras y un perro la noche anterior. Los
guardianes del parque organizaron una reunión con los habitantes de los
alrededores para abordar “la manera de minimizar los riesgos de conflictos
entre humanos y fauna salvaje, como el desarrollo de sistemas de prevención que
permitan alertar a las comunidades sobre la presencia de animales en los
alrededores”, añadió la KWS. Además del fin de la sequía, los incidentes entre
pastores y leones están vinculados a la extensión de los hábitats humanos, que
cada vez se acercan más a los espacios protegidos.
Un ejemplo paradigmático de esta difícil relación
entre personas y animales se da en Nairobi, la capital keniana. A tan solo
siete kilómetros del centro de la ciudad se encuentra el parque nacional del
mismo nombre, que alberga a una nutrida población de rinocerontes, hipopótamos,
búfalos, cebras, ñúes, leopardos, guepardos, hienas y leones, entre otras
especies. En decenas de ocasiones en la última década, algún ejemplar de estos
animales logra sortear el vallado que separa la ciudad del parque para penetrar
en las zonas urbanas. En 2016, un león creó el pánico en la carretera que une a
Nairobi con Mombasa hasta que fue capturado por los agentes medioambientales.
En febrero del mismo año, un grupo de hembras entró en una zona residencial.
El león es una especie en peligro de extinción que
ha perdido el 90% de su hábitat histórico. En apenas un siglo ha pasado de unos
200.000 ejemplares a los 20.000 que se calcula quedan en libertad, en su
inmensa mayoría en África y una pequeña población en el noreste de India, según
el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés). La
reducción de las sabanas, el furtivismo, la creciente urbanización y los
incidentes con los pastores han contribuido a este declive. El primer censo de
fauna salvaje del país realizado en Kenia en 2021 reveló que en este país hay
unos 2.500 ejemplares.
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