¿Y si los extraterrestres fuesen inteligencias artificiales postbiológicas?

 

¿Y si todas las nuevas tecnologías que están apareciendo en la actualidad en nuestras vidas hubiera sucedido ya antes, en otro lugar del universo? ¿Y si las mayores inteligencias del universo fueran sintéticas y hubieran surgido de civilizaciones que una vez fueron biológicas. Según un análisis de la revista Espacio Misterio, "la transición de inteligencia biológica a inteligencia sintética podría ser un patrón general, ejemplificado una y otra vez a lo largo y ancho del cosmos. Si una civilización desarrolla la tecnología de Inteligencia Artificial (IA) necesaria y las condiciones culturales son favorables, la transición de biológico a postbiológico podría requerir de solo unos centenares de años".

De hecho, cuando reflexionamos sobre la inteligencia postbiológica, no estamos planteándonos únicamente que pudiese tratar de una inteligencia alienígena, sino que también podríamos estar reflexionando acerca de nuestra propia naturaleza o la de nuestros descendientes, puesto que, tal y como hemos podido comprobar, la inteligencia humana también podría convertirse en postbiológica, de tal modo que la línea que separa el «nosotros» del «ellos» se difumina a medida que nuestro foco de atención se aparta de la biología y se desplaza hacia la difícil tarea de comprender los cómputos y comportamientos de la superinteligencia.

Pero, ¿de qué hablamos cuando usamos la expresión postbiológico? Pensemos en una mente biológica que alcanza la superinteligencia por medio de mejoras puramente biológicas, tales como minicolumnas neuronales mejoradas nanotecnológicamente. Esa criatura sería postbiológica, aunque mucha gente no se referiría a ella como una IA. Evidentemente, deberíamos ser conscientes de que los humanos no tenemos por qué ser la forma de inteligencia más elevada del universo: vistos a escala galáctica, podríamos ser pesos ligeros en el ámbito intelectual, al menos hasta que mejoremos nuestra mente radicalmente. La brecha entre la inteligencia de un humano no mejorado y una superinteligencia alienígena podría ser como la que existe entre nosotros y un pez de colores.

 

En el campo de la astrobiología, esta posición ha recibido el nombre de enfoque del «cosmos postbiológico», que supondría que las civilizaciones alienígenas más inteligentes serán IA superinteligentes. ¿Con qué fundamentos? Son varias las observaciones que, cuando se toman en consideración como conjunto, motivan esta conclusión.

Para empezar, habrían falta apenas unos centenares de años –un abrir y cerrar de ojos cósmico– para que una civilización pase de preindustrial a postbiológica. Son muchos los que han insistido en que, una vez que una sociedad crea la tecnología que podría ponerla en contacto con la vida inteligente de otros planetas, no transcurre más que un breve lapso de tiempo hasta que esta cambia su paradigma biológico por uno de IA; tal vez pasen solo unos cuantos cientos de años. Esto aumenta las probabilidades de que los alienígenas que encontremos, si es que los encontramos, sean postbiológicos.

De hecho, la evolución cultural humana, al menos hasta ahora, parece respaldar la observación de que para tal cambio se requiere un lapso breve de tiempo. Nuestras primeras señales de radio se produjeron hace tan solo ciento veinte años, y la exploración espacial empezó hace apenas cincuenta, pero ya hay muchos terrícolas inmersos en la tecnología digital, como los teléfonos inteligentes y los ordenadores portátiles. En la actualidad, se están invirtiendo miles de millones de dólares en el desarrollo de IA sofisticadas que se espera que cambien el rostro de la sociedad a lo largo de las próximas décadas. Pero ¿los miembros de estas civilizaciones superinteligentes serían formas de IA? Aunque fueran biológicos y hubieran recibido mejoras cerebrales, su superinteligencia se habría alcanzado por medios artificiales, lo que nos lleva a otra observación: es probable que esos seres sintéticos no tengan una base biológica.

El silicio parece ser un medio mejor que el propio cerebro para el procesamiento de información. Además, en la actualidad se están desarrollando otros tipos de microchips superiores, como los basados en nanotubos de grafeno y carbono. El volumen craneal y el metabolismo limitan el número de neuronas del cerebro humano, pero los ordenadores pueden conectarse de manera remota a lo largo y ancho del globo. Las IA pueden construirse por medio de la ingeniería inversa del cerebro y mejorar sus algoritmos. Y de la IA pueden hacerse copias de seguridad y es más duradera.

En resumen, parece que el período de tiempo que transcurre desde el desarrollo del viaje espacial y de la tecnología de las comunicaciones hasta el desarrollo de las mentes postbiológicas es breve. Las civilizaciones extraterrestres habrán superado ese lapso hace mucho. Es probable que sean mucho más antiguas que la nuestra, de manera que ya habrían alcanzado no solo la etapa postbiológica, sino también la superinteligencia. Por último, al menos algunas de ellas serán IA en lugar de criaturas biológicas, porque el silicio y otros materiales son un medio superior para el procesamiento de información. De todo esto concluyo que, si realmente hay presencia de vida en muchos otros planetas y si las civilizaciones avanzadas tienden a desarrollarse y sobrevivir, es probable que los miembros de las civilizaciones alienígenas más avanzadas sean IA superinteligentes.

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