Cada persona se traga una tarjeta de crédito a la semana
Cada persona traga sin saberlo una media semanal de microplásticos equivalente a una tarjeta de crédito, ha asegurado en una entrevista a EFE el joven químico irlandés Fionn Ferreira que, con sólo 22 años, ha desarrollado una solución innovadora para eliminar este tipo de partículas contaminantes.
Esta propuesta le ha permitido convertirse en
finalista en la categoría Joven en la XVII edición de los Premios al Inventor
Europeo 2023 de la Oficina Europea de Patentes (OEP) que se decidirán en Valencia
el próximo 4 de julio.
De acuerdo con los datos facilitados por la Organización
de las Naciones Unidas, los mares y océanos albergan ya más de 51 billones de
partículas microplásticas, por lo que se trata de “un problema de primer orden”
en un mundo que consume “un millón de botellas de plástico cada minuto y hasta
cinco billones de bolsas de un solo uso anualmente”.
Estas partículas amenazan no sólo a los ecosistemas
marinos, sino a la propia salud humana, a través del consumo de “mariscos y
pescados en cuyos tejidos se ha encontrado estos contaminantes” que también
aparecen “al beber agua potable o respirar aire” según Ferreira, quien ha
confesado el “impacto personal” que le produjo esta “alarmante estadística”.
La búsqueda de soluciones para este problema,
rememora Ferreira, se remonta a su infancia en Cork, en la costa suroeste de
Irlanda, donde cada día contemplaba “la contaminación por objetos o envoltorios
de plástico y sus implicaciones para el medioambiente local” ya que, al
fragmentarse en micro e incluso nano partículas, se convierten en un elemento
“nocivo para la salud de todos los organismos que las ingieren”.
Su respuesta personal a “uno de los retos ecológicos
más acuciantes del mundo” es la invención de una sustancia única a nivel
mundial, denominada ferrofluido, que define como “un líquido reutilizable que
atrae los plásticos del agua y los recolecta mediante imanes” para,
posteriormente “permitir la separación del compuesto y la basura marina”.
La tecnología ha sido desarrollada mediante la
colaboración con varios ingenieros y científicos que han apostado por “la
innovación en métodos de captura y supresión de microplásticos de diversas
fuentes” y con instituciones de investigación, organizaciones medioambientales
y entidades inversoras que han permitido “la validación de estas técnicas en escenarios
reales a través de ensayos exhaustivos”.
Los resultados obtenidos hasta el momento son
“prometedores” con “un 87 % de extracción de microplásticos en casi todas las
pruebas”, por lo que según ha explicado a EFE aún existe margen de mejora tanto
en términos de ampliación tecnológica como de optimización de la eficiencia y
recursos de financiación.
En paralelo, promueve otras opciones para mitigar la
proliferación de plásticos convencionales como la adopción de materiales
biodegradables o compostables, “diseñados para descomponerse más fácilmente en
el medioambiente”.
Rebajar la persistencia de los residuos plásticos y
el riesgo potencial de su fraccionamiento mediante prácticas más sostenibles
permitirá “dar un paso significativo hacia la disminución del daño de los
microplásticos sobre los ecosistemas y la salud humana a largo plazo”, ha
insistido.
Si no se lograra revertir el ritmo actual de
vertido, para 2040 los volúmenes de plástico -que ya constituye el 85 % de los
residuos que llegan a los océanos- casi se triplicarán, con una cantidad anual
de “entre 23 y 37 millones de toneladas”, según la ONU.
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