El telescopio espacial James Webb revela estructuras nunca antes vistas en el Universo
Hace poco más de tres décadas, el 23 de febrero de
1987, la luz de un supernova vino a la Tierra por primera vez. Su brillo
alcanzó su punto máximo en mayo de ese año y fue la primera oportunidad para
que los astrónomos modernos vieran una supernova de cerca. Era designado
“1987A”.
En los años transcurridos, los científicos han
observado con avidez el desarrollo de SN 1987A en su transición de un destello
de luz visto por primera vez a un remanente de supernova. A una distancia de
sólo 168.000 años luz, escondido en las afueras de la Nebulosa Tarántula (NGC
2070), ubicada en el Gran Nube de Magallanes, galaxia enana cercana que orbita
la Vía Láctea, el objeto nos ha brindado una visión sin precedentes de la
evolución de una supernova con colapso del núcleo.
Tras analizar su imagen en todas las longitudes de
onda posibles, desde radio hasta gamma, ahora el Telescopio Espacial James Webb
ha querido tener la oportunidad de hacerlo también, utilizando su potente mira
infrarroja, que ha Se revelan estructuras nunca antes vistas en la creciente
nube de entrañas estelares explotadas. Y sus conclusiones fueron publicadas por
un grupo de astrónomos en Naturaleza.
El Webb determinó que se encuentran manchas incluso
fuera del anillo, con emisión difusa a su alrededor (NASA)
“La imagen revela una estructura central en forma de
ojo de cerradura, con un centro lleno de gases y polvo en grumos expulsados
por la explosión de la supernova. El polvo es tan denso que ni siquiera la
luz infrarroja cercana que Webb detecta puede penetrarlo, lo que forma el
agujero oscuro en el ojo de la cerradura”, explicó el MACETA. La evidencia
sugiere que esconde los restos de la estrella que explotó, ahora un tipo de
estrella de neutrones conocida como púlsar.
“Un brillante
anillo ecuatorial rodea el ojo de la cerradura interior, formando una banda
alrededor de la cintura que conecta dos tenues brazos de anillos exteriores en
forma de reloj de arena. El anillo ecuatorial, formado a partir de material
expulsado decenas de miles de años antes de la explosión de la supernova,
contiene puntos calientes brillantes que aparecieron cuando la onda de choque
de la supernova golpeó el anillo. Ahora se encuentran manchas incluso fuera del
anillo, con emisión difusa a su alrededor. Estos son los lugares donde se
producen las sacudidas de supernova que impactan la mayor parte del material
extraño”, amplió.
La agencia espacial estadounidense dijo que si bien
estas estructuras han sido observadas antes en diversos grados por telescopios
espaciales Hubble y Spitzer de la NASA y el Observatorio de rayos X Chandra, la
incomparable sensibilidad y resolución espacial de Webb revelaron una nueva
característica en este remanente de supernova: pequeñas estructuras en forma de
media luna.
Se cree que Estas medias lunas son parte de las
capas exteriores de gas. disparado por la explosión de la supernova. Su brillo
puede ser una indicación del brillo de las extremidades, un fenómeno óptico que
resulta de ver el material en expansión en tres dimensiones. En otras palabras,
nuestro ángulo de visión hace que parezca que hay más material en estas dos
medias lunas del que realmente hay.
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