Podríamos crear nuevos mundos habitables moviendo planetas de lugar
No sería necesario crear complejas megaestructuras
para "proteger" la zona habitable de un sistema estelar y así
permitir la supervivencia de una civilización o su expansión cósmica: solamente
se necesitaría "mover" planetas hacia el sector habitable, en nuestro
caso del Sistema Solar, mediante poderosos láseres.
En 1960, Freeman Dyson propuso cómo las
civilizaciones avanzadas podrían crear megaestructuras que encerraran su
sistema, permitiéndoles aprovechar toda la energía de su estrella y multiplicar
el espacio habitable que podían ocupar. El concepto derivó en la llamada
"esfera de Dyson", una hipotética solución frente a un momento en que
la humanidad necesitara nuevos espacios habitables o buscara expandirse en el
cosmos.
Ahora, un nuevo estudio publicado recientemente en
arXiv por investigadores del Instituto Indio de Astrofísica y la Universidad
Christ, ambos con sede en Bangalore, propone que esto se podría lograr con
mayor facilidad: utilizando láseres de extrema potencia, sería factible
trasladar planetas y otros cuerpos hacia la zona habitable del Sistema Solar,
creando de esta forma nuevos mundos aptos para la vida.
Además de una solución para la humanidad, la
propuesta también serviría para buscar otras civilizaciones avanzadas en el
cosmos, identificando este tipo de modificaciones en la ubicación de planetas.
En otras palabras, se podrían rastrear las "huellas" de los cambios
realizados y la existencia de distribuciones anómalas de los planetas en un
sistema estelar, que certificaran un diseño "artificial", como por
ejemplo una extrema cercanía entre ellos.
De acuerdo a un artículo publicado en Universe
Today, las ideas de Dyson fueron propuestas en un momento en que los astrónomos
desconocían la abundancia de exoplanetas en nuestra galaxia. El primer
exoplaneta confirmado se descubrió en 1992: actualmente el número ha trepado a
5.514, y promete seguir aumentando a partir de las nuevas tecnologías de
observación.
Teniendo en cuenta esto, los científicos a cargo del
nuevo estudio idearon una alternativa al concepto de megaestructura
desarrollado por Dyson, que por ejemplo proponía "sacrificar" al
planeta Júpiter para utilizar su masa en la creación de una "biósfera
artificial", capaz de proteger y aislar a la zona habitable del Sistema
Solar.
Según los investigadores indios, para las
civilizaciones avanzadas que buscan más espacio para expandirse, tomar planetas
dentro de su sistema estelar, o capturar cuerpos que flotan libremente por el
espacio, como los exoplanetas nómadas o "rebeldes", y transferirlos a
la zona habitable circunsolar (HZ) de su estrella, es una solución mucho más
simple y menos destructiva.
Los especialistas también remarcaron que un concepto
como la esfera de Dyson requeriría utilizar todos los planetas interiores y
algunos de los planetas exteriores de nuestro sistema, destruyendo así por
completo el Sistema Solar tal como lo conocemos hoy, incluyendo a la Tierra con
su biósfera única.
Además, como en nuestro Sistema Solar la gravedad de
Júpiter desvía los asteroides, disminuyendo la posibilidad de colisiones con la
Tierra, el esquema de Dyson crearía un esfera muy inestable y propensa a sufrir
permanentes desequilibrios, por ejemplo ante el impacto de meteoritos y otros
fenómenos similares.
Los científicos también argumentan que encerrar una
estrella como nuestro Sol en una esfera concentraría todo el viento solar en su
interior, provocando la desaparición de la heliosfera y exponiendo a la
megaestructura a niveles elevados de rayos cósmicos, algo que generaría
múltiples inconvenientes y hasta la haría inhabitable.
En la investigación, los especialistas intentan
demostrar cómo planetas ricos en agua como Marte o Plutón, o muchos objetos
transneptunianos helados (TNO), podrían desplazarse a la zona habitable del
Sistema Solar, utilizando potentes dispositivos de láser. Estos láseres
tendrían que estar en el rango de potencia Zetawatt o Etawatt: según los
científicos, algunos de ellos ya se utilizan para la investigación de la fusión
nuclear.
Según sus estimaciones, la potencia y la energía
total utilizadas serían menores que las necesarias para desintegrar Júpiter y
construir una esfera Dyson. Considerando que los astrónomos estiman que podría
haber al menos 100 mil millones de planetas en nuestra Vía Láctea, y hasta un
billón de planetas flotantes libres (FFP) o “planetas rebeldes” en la galaxia,
el material disponible sería prácticamente interminable.
Si estos planetas pudieran trasladarse a la zona
habitable de una estrella, aumentaría exponencialmente el territorio a través
del cual una civilización podría expandirse. Al mismo tiempo, una civilización
avanzada también podría importar nuevos planetas según sea necesario, o
designar distintos cuerpos planetarios para diferentes propósitos, como
verdaderos "mundos de servicios" completamente especializados.
Por último, los investigadores resaltaron que su
nuevo concepto puede ser útil para buscar civilizaciones alienígenas: si los
planetas están dispuestos de manera extraña en un sistema, entonces podríamos
considerar que estos "arreglos inusuales" fueron hechos
intencionalmente por una civilización extraterrestre, que ha alterado la
mecánica orbital de estos mundos.
Por ejemplo, los científicos explican que los
sistemas planetarios como Kepler-20 o TRAPPIST-1, donde muchos planetas rocosos
de baja masa similares a la Tierra están dispuestos cerca de su estrella, a una
distancia menor que la órbita de Mercurio, son un posible indicio de una
astroingeniería extraterrestre.
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