Descubren ratones momificados en la cima de volcanes andinos
Las cumbres de los volcanes andinos son
tremendamente hostiles para la vida, pero, ahora, un equipo científico ha
vuelto a constatar la presencia de ratones orejudos a más de 6.000 metros de
altura.
Se trata de 13 de momias antiguas cuya descripción
se publica este lunes en la revista Current Biology y que se unen a otros
ejemplares vivos que el equipo de Jay Storz, de la Universidad de
Nebraska-Lincoln (EE UU), encontró hace unos años. Unos y otros confirman que
estos roedores pueden habitar a alturas extraordinarias.
El estudio actual y otros previos confirman que
estos roedores pueden habitar a alturas extraordinarias
“Es
increíble” que cualquier tipo de animal pueda sobrevivir y funcionar en ese
ambiente árido, frío y pobre en oxígeno, señala el investigador, quien agrega
que incluso en la base de los volcanes los ratones viven en “un entorno entorno
‘marciano’ extremo”.
Este hallazgo amplía los límites fisiológicos de la
vida de los vertebrados en la Tierra, afirman los autores.
En un comunicado, la universidad estadounidense
recuerda que en los años 70 y 80 arqueólogos descubrieron algunos cadáveres de
roedores durante sus expediciones a varias cumbres andinas y en ese momento se
pensó que los animales podrían haber viajado con los incas, que peregrinaban
hasta lo que ellos consideraban lugares sagrados.
Se pensaba que quizás los ratones se habían metido
en la leña u otros suministros que los incas transportaban por las laderas o
que formaban parte de los sacrificios de animales.
La hipótesis de que los ratones podrían haber
viajado con los incas fue desmentida, tras encontrar los investigadores
ejemplares vivos en Llullaillaco a 6.739 metros
Pero esta hipótesis fue puesta en entredicho cuando
aparecieron ejemplares vivos, como el que encontró Storz en 2020 en
Llullaillaco (6.739 metros), un volcán situado en la frontera entre Chile y
Argentina. "Nunca se había encontrado ningún mamífero viviendo a una
altitud tan extrema” .
El equipo informa ahora del hallazgo de 13 cadáveres
de ratón orejudo en las cumbres de tres volcanes vecinos, Salín, Púlar y
Copiapó; son ejemplares momificados liofilizados.
La mayoría tiene unas pocas décadas de antigüedad,
pero las cuatro momias halladas en Púlar tienen más, perecieron como mucho hace
350 años.
Su estado momificado ayudó a preservar su ADN, y los
investigadores se preguntaron si los genomas podrían representar una
subpoblación distinta. "Nuestros datos genómicos indican que no, que los
ratones de las cumbres y los flancos o la base de los volcanes en el terreno
desértico circundante son todos una gran familia feliz”.
Su estado momificado ayudó a preservar su ADN, y los
investigadores se preguntaron si los genomas podrían representar una
subpoblación distinta
Además, revelaron que dos parejas de momias estaban
estrechamente emparentadas -posiblemente hermanos o padres e hijos- y la misma
proporción de machos que de hembras.
En combinación con el reciente descubrimiento de
otros ejemplares vivos y madrigueras de ratones en las alturas de la puna de
Atacama, "parece que el ratón orejudo no solo recorre las cumbres
volcánicas, sino que de alguna manera vive en ellas", describe Storz.
El hallazgo de ejemplares vivos y madrigueras en la
puna de Atacama indica que el ratón orejudo no solo recorre las cumbres
volcánicas, sino que vive en ellas
La mayoría de roedores pequeños dedican gran parte
de su tiempo, energía y atención a evitar depredadores. "Ciertamente si te
acurrucas en la cima de un volcán a 6.000 metros al menos estás a salvo de eso,
simplemente tienes otras cosas de las que preocuparte".
Pero por qué ascienden a estas elevaciones extremas
sigue siendo un misterio, concluye el científico.
El equipo espera ahora identificar las adaptaciones
fisiológicas que ayudan a los roedores a vivir a 6.000 metros sobre el nivel
del mar.
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