Revelan filamentos helicoidales en el interior del chorro lanzado por un agujero negro supermasivo
Los blázares son las fuentes de radiación continua más potentes del universo. Al igual que el resto de las galaxias activas, muestran una estructura formada por un agujero negro supermasivo central rodeado de un disco de materia que lo alimenta, pero se hallan entre el 10% de las galaxias activas que presentan un chorro de materia que emerge de ambos polos a altísima velocidad, y entre el porcentaje aún menor de casos en los que su orientación nos permite ver el chorro casi de frente. Ahora, un grupo de investigadores encabezado por el Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC) ha observado el chorro de la galaxia 3C 279 con una resolución sin precedentes y ha hallado filamentos helicoidales con una estructura de doble hélice que requiere una actualización de los modelos teóricos usados hasta ahora.
Imagen de alta resolución del chorro relativista en
el blázar 3C 279 obtenida con RadioAstron. La imagen revela una estructura
compleja dentro del chorro con varios filamentos a escalas del parsec que
forman una estructura en forma de hélice. Mostramos a modo de comparación la
imagen obtenida por el Very Long Baseline Array y la ubicación de la fuente en
el cielo (nótese que las escalas son muy diferentes). Credit: NASA/DOE/Fermi
LAT Collaboration; VLBA/Jorstad et al.; RadioAstron/Fuentes et al.
“Gracias a RadioAstron, un radiotelescopio en órbita
capaz de alcanzar distancias cercanas a la Luna, y a una red de veintitrés
radiotelescopios repartidos por toda la Tierra, hemos obtenido la imagen con
mayor resolución del interior de un blázar hasta la fecha, que nos ha permitido
observar por primera vez la estructura interna del chorro”, señala Antonio
Fuentes, investigador del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC) que
encabeza el trabajo.
El resultado, publicado en Nature Astronomy, revela
que el chorro de 3C 279 muestra una compleja estructura compuesta por al menos
dos filamentos helicoidales que se extienden desde cerca del núcleo hasta más
de 570 años luz de distancia. Se trata de una estructura nunca vista, y que
amplía un resultado anterior: en 2020, el Telescopio del Horizonte de Sucesos
(EHT), que obtuvo la primera imagen de un agujero negro en 2019, reveló
estructuras insesperadas en el núcleo de 3C 279, pero la sensibilidad
proporcionada por el EHT era insuficiente para observar los filamentos.
“Las propiedades de los filamentos helicoidales nos
permiten concluir que están originados por inestabilidades en el plasma que
componen los chorros. Sumando todos los ingredientes, descubrimos que el modelo
usado durante cuatro décadas para explicar la variabilidad en radio asociada a
los chorros no funciona en este caso, por lo que proponemos un modelo
alternativo para explicarla, que tiene en cuenta las estructuras recién
observadas”, señala Antonio Fuentes (IAA-CSIC).
Además, el estudio apunta a la presencia de un campo
magnético helicoidal que confina el chorro. Sería, por tanto, el campo
magnético, que en 3C 279 gira en sentido horario alrededor del chorro, lo que
canaliza el material que viaja a lo largo de él a una velocidad de 0.997 veces
la de la luz.
“Este resultado, junto con otros recientes, sugiere
que los chorros de los blázares presentan una estructura interna compleja y
rica, más allá de las morfologías en forma de cono observadas en los estudios
de menor resolución. Nuestros resultados abren además la puerta a la
reinterpretación y reanálisis de muchas otras fuentes de este tipo, y ponen de
manifiesto la importancia de nuevas redes globales de radiotelescopios que
alcancen mayor resolución angular y sensibilidad, como el Next Generation EHT
en la próxima década y, más a largo plazo, misiones espaciales que operen en
longitudes de onda milimétricas”, concluye José Luis Gómez, investigador del
IAA-CSIC y coautor del trabajo.
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