Los inversores presionan al proyecto SETI para que encuentre vida extraterrestre de una vez por todas
El tiempo pasa y el SETI todavía no encuentra vida extraterrestre. La presión sobre sus responsables cada vez es mayor, llegando a un punto en el que hay quienes están perdiendo la confianza en ellos. Por suerte, la presión incrementada que están sufriendo se va a reflejar de una manera en la que podrían llegar, finalmente, a marcar la diferencia.
El SETI se fundó en el año 1984 y, desde entonces,
no ha dejado de investigar, mejorar su tecnología e intentar, de una vez por
todas, encontrar vida extraterrestre. Pero no está siendo fácil. En el pasado
tenían una limitación tecnológica que les ponía las cosas muy difíciles. Hoy
día cuentan con medios más avanzados, pero es obvio que analizar hasta el
último rincón de la galaxia no es precisamente sencillo.
A todos nos encantaría recibir presión tal y como lo
está haciendo el SETI. Consciente de la importancia que tiene la misión de este
instituto y viendo que los progresos en los últimos años han estado por debajo
de las expectativas, el famoso Franklin Antonio, cofundador de Qualcomm,
preparó algo antes de fallecer. Por lo que parece, podría haber estipulado que,
una vez se resolvieran todos los aspectos relacionados con su fallecimiento, su
familia prepararía una generosa donación para el instituto que les permitiera
ponerse las pilas para poder llegar a descubrir vida extraterrestre por fin. En
total, 200 millones de dólares que ahora van a utilizarse con la intención de
hacer distintas inversiones que resultaban muy necesarias.
Antonio pasó gran parte de su vida colaborando con
el SETI y tratando de ayudar a sus expertos a que dieran los pasos que eran
necesarios para descubrir aquello que, aparentemente, se esconde tan bien en el
firmamento. A lo largo de los años, trabajó codo con codo con el instituto e
incluso les proporcionó sus conocimientos técnicos con la intención de seguir
avanzando en la investigación. No obstante, es posible que se sintiera
frustrado por ver cómo los años pasaban sin que llegasen a descubrir nada.
Fallecido a los 69 años, Antonio seguramente soñase con ver el día en el que la
humanidad se pusiera en contacto con otra civilización.
La clave es poder acelerar las investigaciones.
Nadie olvida que, en el año 2014, uno de los astrónomos del SETI aseguró que
llegarían a descubrir vida extraterrestre en el periodo de vida de todas las
personas que se encontraban en el lugar donde estaba haciendo las
declaraciones. Ya han pasado casi 10 años y, aunque no sabemos si Antonio
estaba allí, lo que es obvio es que se trata de un periodo de tiempo demasiado
largo. Esas promesas y previsiones no se han cumplido y, al menos de momento,
tampoco parece que vayan a hacerlo.
Pero cabe la esperanza de que el SETI pueda comenzar
a responder a las expectativas gracias a esa donación de 200 millones que
acaban de recibir. Dicen que utilizarán el dinero para colaborar y extenderse
con nuevos investigadores de todos los rincones del mundo, así como con la
intención de establecer becas y subvenciones que ayuden a seguir explorando la
galaxia en busca de vida. Además, también quieren iniciar nuevos programas de
formación, así como realizar sesiones educativas en comunidades donde
normalmente no se encuentra tan extendido el trabajo que realizan ni los
objetivos que tienen. En último lugar, aunque no menos importante, son
conscientes de que también usarán parte del dinero para invertir en nueva
tecnología.
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