Tres científicos aseguran de viajar al pasado y al futuro es posible
Los saltos temporales siempre fueron fuente de
literatura y películas fantásticas, pero también tienen su respaldo científico.
Consultados por Infobae, especialistas desmenuzaron la “conjetura de
autoconsistencia” y aseguraron que “viajar al futuro ya es posible”
Viajar a través del tiempo sirvió de inspiración de
múltiples películas y novelas fantásticasViajar a través del tiempo sirvió de
inspiración de múltiples películas y novelas fantásticas
Gustavo
Romero, profesor de Astrofísica en la UNLP y director del Instituto Argentino
de Radioastronomía Gustavo Romero, profesor de Astrofísica en la UNLP y
director del Instituto Argentino de Radioastronomía
-Depende a quién le preguntes. En mi investigación
pude demostrar que si viajar en el tiempo es posible, también se podría cambiar
el pasado.
Viajar en el tiempo siempre fue una obsesión. La
posibilidad de volver al pasado y modificar eventos, pequeños o grandes, que
tendrán consecuencias en el presente, fue fuente de obras literarias, de
películas y series fantásticas. Y también de investigación científica, de
físicos que revuelven la teoría de la relatividad para indagar en posibilidades
de que la quimera sea posible.
A mediados de los ‘80, el físico teórico Igor
Novikov propuso una teoría que dio a llamar el “principio de autoconsistencia”
para zanjar las paradojas de los viajes en el tiempo. Según sus postulados, el
pasado no se puede cambiar debido a que todo ya sucedió antes del momento del
viaje.
Consultado por Infobae, Gustavo Romero, profesor de
Astrofísica en la Universidad Nacional de La Plata y director del Instituto
Argentino de Radioastronomía, explicó: “Cualquier efecto local debe ser
consistente con la estructura global del universo. O más técnicamente:
cualquier solución local de las ecuaciones de la física debe ser globalmente
consistente. Eso significa que no puedo matar a mi abuelo (una acción local)
porque eso no es consistente con el hecho de que yo esté vivo en el futuro
(algo lejano) para viajar y matarlo. Todo lo que haga en el pasado, ya está
hecho antes de haber viajado”.
Vlatko Vedral, físico cuántico de la Universidad de
Oxford, que también consultó este medio, se refirió justamente a la denominada
“paradoja del abuelo”. Según su mirada, se podría formular una teoría cuántica
consistente sobre cómo retroceder al pasado y alterarlo. “Esto se debe al
principio de superposición que podría salvarnos de este tipo de paradojas. Si
regresaste y modificaste el pasado, podría ser que simplemente hayas creado
otro universo paralelo y, por lo tanto, no afectaría el universo del que vienes.
Pero estas son sólo especulaciones teóricas. Realmente no lo sabemos”,
consideró.
La conjetura de autoconsistencia tiene detractores.
Uno de ellos es Barak Shoshany, profesor de Física de la Universidad de Brock,
Canadá, quien propuso una vía alternativa a la teoría de Novikov. Él piensa que
se podrían crear líneas temporales alternativas a la original y, de ese modo,
el pasado se podría alterar en caso de que sea posible viajar al pasado.
-El escenario más probable es que si viajar en el
tiempo fuera posible (y ese es un gran condicional aún no resuelto), cambiar el
pasado resultaría en la creación de una nueva línea de tiempo, con una historia
diferente a la línea de tiempo original -dijo Shoshany en diálogo con Infobae.
-Entonces, ¿existe el famoso “efecto mariposa”?
-Seguro. Si retrocedes en el tiempo y pisas una
hormiga, eso teóricamente puede provocar una guerra 100 años después. Sin
embargo, eso sólo sucederá en la nueva línea de tiempo que creaste.
Shoshany lo grafica de un modo sencillo en un
artículo que publicó en The Conversation. Su idea implica que, una vez que la
máquina del tiempo expulsa al viajero, se abre una nueva línea de tiempo en la
que se puede trastocar todo, incluso destruir la propia máquina, sin cambiar
nada en la línea de tiempo original de la que proviene. “Como no puedo destruir
la máquina del tiempo en la línea de tiempo original, que es la que realmente
usé para viajar en el tiempo, no hay ninguna paradoja”, advirtió.
Durante tres años, el físico investigó esa
alternativa que depende de un factor clave: si el universo permite que
coexistan múltiples historias. Según dice, la mecánica cuántica respalda esa
idea si uno adhiere a la interpretación de Hugh Everett, en la que una realidad
puede “dividirse” en múltiples realidades, una para cada posible resultado de
medición.
“Estas son solo especulaciones. Mis alumnos y yo
estamos trabajando para encontrar una teoría concreta del viaje en el tiempo
con múltiples historias que sea totalmente compatible con la relatividad
general. Por supuesto, incluso si logramos encontrar una teoría así, esto no
sería suficiente para demostrar que el viaje en el tiempo es posible, pero al
menos significaría que las paradojas de consistencia no excluyen el viaje en el
tiempo”, indicó.
Pero… ¿viajar en el tiempo no es una locura?
La respuesta es no. No es un disparate imaginar
viajes temporales, aunque retroceder en el tiempo parece improbable. En
realidad, según Vedral, el científico de Oxford, nada en las teorías actuales impide
el viaje en el tiempo a pesar de que tampoco existe evidencia que respalde con
solidez los saltos hacia atrás, “a menos que se tome que los efectos
relativistas son como el viaje en el tiempo”.
Una posibilidad real, explica, es ejecutar los
procesos al revés para un sistema pequeño porque “todas las leyes fundamentales
de la física son simétricas en inversión del tiempo”. Se supone que se podría
retroceder el tiempo con un átomo, pero no está claro si también sería efectivo
con un organismo vivo.
“Podríamos simular la inversión del tiempo en una
computadora, ahora incluso en una computadora cuántica, pero lo emocionante
sería poder hacerlo con un sistema vivo. Incluso entonces no estaríamos
invirtiendo la flecha del tiempo para todo el universo. Eso sí puede que sea
imposible”, razonó.
La relatividad ofrece algunas alternativas para
viajar al pasado, pero todas esas vías resultan mucho más teóricas que
empíricas. Un camino, por ejemplo, fue el que describió el lógico Kurt Gödel,
quien publicó en 1949 una hipótesis matemática que establecía la posibilidad de
crear una curva cerrada similar al tiempo: un camino a través del espacio y el
tiempo en el que una persona se encontraría consigo misma eventualmente, después
de desandar el mismo sendero.
Muchos físicos a lo largo del tiempo han seguido
este razonamiento, aunque presenta dificultades. A día de hoy no se sabe si ese
camino existe en algún punto del universo. Se trata, por ahora, de pura teoría
sin evidencia que la respalde.
Para Shoshany, no se puede demostrar con las teorías
fundamentales de la física que viajar al pasado sea posible, pero tampoco se
puede garantizar lo contrario. “Demostrar de manera concluyente que viajar en
el tiempo es posible o imposible requeriría una teoría de la gravedad cuántica,
que es una teoría que combina la relatividad general y la mecánica cuántica.
Una teoría así no existe actualmente. Hay muchas candidatas, pero ninguna fue
confirmada experimentalmente y, en cualquier caso, todas tienen grandes
problemas”, advirtió.
El profesor de la universidad canadiense planteó que
lograr una teoría de la gravedad cuántica confirmada experimentalmente podría
llevar unos cientos de años. E incluso, una vez cumplido ese paso, faltaría uno
adicional: utilizar esa teoría para probar o refutar la posibilidad de viajar en
el tiempo.
Los llamados agujeros de gusano son otra puerta que
abre la relatividad. En teoría, es posible doblar el espacio-tiempo como si
fuera un pedazo de papel. Eso permitiría crear un portal para acortar las
distancias entre dos puntos muy distantes del universo.
Gustavo Romero, que publicó ¿Es Posible Viajar en el
Tiempo? entre otros libros de investigación, ilustró: “El problema de viajar al
pasado es que debés distorsionar el espacio-tiempo hasta lograr que se ‘abra’
un túnel en el mismo (un agujero de gusano). Para lograrlo, hay que manipular
un tipo muy extraño de materia llamada ‘exótica’ de la que se sabe casi nada.
Sería el mismo tipo de materia que hace que el universo se expanda
aceleradamente. Pero no está claro si esa materia existe en las cantidades y
densidades necesarias”.
Los agujeros de gusano también son una incógnita. Si
bien se demostró matemáticamente su existencia, no hay registros físicos de
ellos. Si viajar en el tiempo fuera posible, quizás en cientos o miles de años,
se necesitará una tecnología que va mucho más allá de lo que hoy podemos
imaginar. No será la clásica máquina del tiempo de libros o películas en la que
un usuario presiona un botón y se transporta a otro momento histórico.
Lo que sí sabemos a ciencia cierta es que “viajar al
futuro” es posible. “Simplemente siéntate y espera y viajarás al futuro”,
bromea Shoshany.
Más allá de la chanza, el físico aclaró que la
teoría de la relatividad de Einstein establece el flujo del tiempo no es
constante, que el tiempo se puede acelerar o ralentizar de acuerdo a las
circunstancias.
Un ejemplo concreto de ello es la paradoja de los
gemelos. Si uno de ellos se vuelve astronauta y se mueve por el espacio a una
velocidad cercana a la de la luz y el otro permanece en la Tierra, se verán muy
distintos pese a que nacieron idénticos. Algo similar a ello sucedió con los
gemelos Scott y Mark Kelly. Uno de ellos, Scott, pasó meses en el espacio y
cuando regresó fue evidente que su envejecimiento había sido más lento que el
de su hermano.
Hay otras opciones. Por caso, en un campo
gravitacional intenso como un agujero negro, si uno pudiera dar vueltas
alrededor de su órbita y regresar a la Tierra, se dará cuenta de que pasó mucho
más tiempo que para alguien que no salió de su casa. Del mismo modo, si
existieran los agujeros de gusano alguien podría ingresar y terminar en el
futuro.
La física sabe que se puede viajar al futuro por la
“simultaneidad de la relatividad”, un principio que se encuentra dentro de la
teoría de Einstein, que marca que el paso del tiempo varía de acuerdo a si un
sistema está en movimiento o si permanece estático. Una partícula, por ejemplo,
que se mueve a alta velocidad puede extender su vida varias veces comparado a otra
que se queda quieta dentro de un laboratorio.
“En cualquier caso, lo interesante y lo que da que
hablar es el viaje en el tiempo hacia el pasado. Hacia el futuro ya sabemos que
podemos ir”, cerró Shoshany.
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