Carrera científica para salvar al rinoceronte blanco del norte: solo quedan dos ejemplares en el mundo
Solo quedan dos rinocerontes blancos del norte en el
planeta, pero un nuevo avance científico brinda esperanzas a esta especie en
peligro de extinción.
Y es que un grupo de expertos logró el primer
embarazo de un rinoceronte mediante fertilización in vitro.
Los científicos realizaron el procedimiento en
rinocerontes blancos del sur, una especie estrechamente relacionada con los del
norte. Crearon el embrión en un laboratorio y lograron transferirlo a un
vientre subrogado.
El siguiente paso, afirman, es repetir el
procedimiento pero con embriones de rinocerontes blancos del norte.
"Lograr la primera transferencia exitosa de
embriones en un rinoceronte es un gran paso", afirmó Susanne Holtze,
científica del Instituto Leibniz para la Investigación de Zoológicos y Vida
Silvestre en Alemania, que forma parte del proyecto Biorescue, un consorcio
internacional que intenta salvar la especie.
"Pero ahora creo que con este logro tenemos
mucha confianza en que podremos crear rinocerontes blancos del norte de la
misma manera y que podremos salvar la especie", indicó.
Alguna vez hubo rinocerontes blancos del norte en
toda África central, pero la caza furtiva ilegal, alimentada por la demanda de
sus cuernos, acabó con la población silvestre.
La transferencia de embriones se llevó a cabo en una
madre sustituta de la especie rinoceronte blanco del sur.
Ahora sólo quedan dos rinocerontes hembras: Najin y
su hija Fatu. Ambos animales, que anteriormente estuvieron en zoológicos, se
mantienen bajo estrictas medidas de seguridad en Ol Pejeta Conservancy en Kenia.
Al no poder reproducirse, la especie está
técnicamente extinta. Pero ahora el equipo de Biorescue ha recurrido a la
ciencia de la fertilidad para rescatarlos.
La población de este “primo cercano" de los
blancos del norte tiene miles de individuos y se considera un caso de éxito en
términos de conservación, aunque todavía está amenazada por la caza ilegal.
El proyecto ha durado años y ha tenido que superar
muchos desafíos: desde descubrir cómo recolectar óvulos de animales de dos
toneladas hasta crear los primeros embriones de rinoceronte en un laboratorio y
tratar de establecer cómo y cuándo implantarlos en la madre subrogada.
Fueron necesarios 13 intentos para lograr el primer
embarazo viable mediante fertilización in vitro utilizando rinocerontes blancos
del sur.
"Es un gran desafío en un animal tan grande, en
términos de colocar un embrión dentro del tracto reproductivo, que está casi
dos metros dentro del animal", explicó Susanne Holtze a BBC News.
El embrión, que se creó utilizando un óvulo de una
hembra blanca del sur de un zoológico en Bélgica y fue fertilizado con esperma
de un macho en Austria, fue transferido a una hembra de la misma especie en
Kenia, que quedó embarazada.
Al equipo de Biorescue le ha llevado muchos años
descubrir cómo crear y luego transferir un embrión de rinoceronte.
Sin embargo, al éxito le siguió la tragedia.
Setenta días después del embarazo, la madre
sustituta murió después de infectarse con clostridia, una bacteria que se
encuentra en el suelo y que puede ser mortal para los animales.
La muerte asestó un duro golpe al equipo: una
autopsia reveló que el feto masculino de 6,5 cm se estaba desarrollando bien y
tenía un 95% de posibilidades de nacer vivo.
Pero demostró que la técnica había funcionado y que
era posible un embarazo viable mediante fertilización in vitro en un
rinoceronte. Ahora el siguiente paso es intentarlo utilizando embriones de
rinoceronte blanco del norte.
No es suficiente
Sólo existen 30 de estos preciosos embriones,
almacenados en nitrógeno líquido en Alemania e Italia.
Fueron creados utilizando óvulos recolectados de
Fatu, la hembra más joven de Kenia, y esperma recolectado de dos rinocerontes
blancos del norte machos antes de que murieran.
Sin embargo, el nacimiento de una cría blanca del
norte requerirá otra primicia científica.
Ninguna de las dos últimas supervivientes blancas
del norte puede quedar embarazada por una combinación de su edad y problemas de
salud. Por lo tanto, el embrión se implantará en el útero de una rinoceronte
blanco del sur.
Nunca antes se probó la fertilización in vitro en
una subespecie, pero el equipo confía en que funcionará.
El profesor Thomas Hildebrandt, director de Liebniz
IZW y jefe de proyecto del Biorescue Consortium, comentó al respecto:
"Creo que la situación del rinoceronte blanco del norte es bastante
privilegiada para la transferencia de embriones porque tenemos un receptor
estrechamente relacionado, por lo que su mapa interno es casi igual".
La madre sustituta de la especie blanca del sur
murió a causa de una infección causada por bacterias que se encuentran en el
suelo.
El equipo de Biorescue espera implantar los
embriones en los próximos meses. Quieren que la cría nazca mientras algunos
rinocerontes blancos del norte aún están vivos.
"Queremos preservar la comunicación social, el
patrimonio social del rinoceronte blanco del norte, poniendo a la primera cría
en el suelo para que pueda aprender el idioma de los dos últimos rinocerontes y
aprender de ellos cómo comportarse", explicó el profesor Hildebrandt.
Los investigadores son conscientes de que traer más
animales mediante fertilización in vitro no salvará a esta especie: no habría
suficiente diversidad genética para crear una población viable.
Por eso, están trabajando simultáneamente en una
técnica aún más experimental, intentando crear espermatozoides y óvulos de
rinoceronte a partir de células madre, para luego producir embriones.
Una vez más, esto llevará tiempo y habrá muchos
desafíos científicos que superar.
Algunos expertos en vida silvestre también
argumentan que invertir más dinero y recursos en una especie que está casi
perdida podría usarse mejor para salvar a otras que tienen un mejor panorama.
Sin embargo, Jan Stejskal, coordinador del proyecto
BioRescue del Safari Park Dvur Kralove en la República Checa, de donde eran
originarios Najin y Fatu, considera que se trata de un esfuerzo justificado.
"Una cosa que debemos entender es que detrás de
la extinción del rinoceronte blanco del norte está el hombre. No por alguna
presión evolutiva, fue la codicia, fue el consumo de un cuerno de rinoceronte.
"Entonces, en cierto modo, somos responsables y
si realmente tenemos una técnica que pueda ayudarnos a salvarlos, entonces creo
que tenemos la responsabilidad de usarla", opinó.
Samuel Mutisya, jefe de investigación y conservación
de especies de Ol Pejeta, añadió que los rinocerontes blancos del norte eran
una parte fundamental del ecosistema y que el equipo estaba "comprometido
a hacer todo lo humanamente posible para nutrir, proteger y recuperar la
especie".
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