Hallan signos de fotosíntesis en fósiles de 1.750 millones de años hallados en Australia

 

Los investigadores que se afanan por comprender los orígenes de la vida acaban de aprender una pequeña lección sobre la fotosíntesis de hace 1.750 millones de años.

En un nuevo estudio publicado en Nature, un equipo de investigadores afirma que unos microfósiles hallados en el desierto del norte de Australia muestran los primeros signos conocidos de fotosíntesis. Y eso podría significar una mejor comprensión de cómo pudo comenzar toda la vida.

Estos microfósiles son restos de un tipo de organismo llamado cianobacteria, que los expertos creen que existe desde hace 3.500 millones de años (aunque los ejemplos fósiles más antiguos confirmados datan de hace unos 2.000 millones de años). En algún momento de su evolución, algunas variedades de estos organismos desarrollaron tilacoides -estructuras dentro de las células en las que se produce la fotosíntesis-, lo que pudo permitirles aportar enormes cantidades de oxígeno a la atmósfera terrestre mediante la fotosíntesis en lo que se conoce como el Gran Evento de Oxidación.

Estos nuevos hallazgos constituyen la prueba más antigua de fotosíntesis encontrada hasta la fecha. Los investigadores afirman que su descubrimiento amplía el registro fósil en al menos 1.200 millones de años, y que estas primeras células fotosintetizadoras aparecieron hace aproximadamente 1.750 millones de años.

"Este descubrimiento permite la identificación inequívoca de los primeros fotosintetizadores oxigénicos y un nuevo indicador redox para sondear los primeros ecosistemas de la Tierra", escriben los autores en el artículo, "destacando la importancia de examinar la ultraestructura de las células fósiles para descifrar su paleobiología y evolución temprana".

Estos interesantes fósiles se descubrieron en rocas antiguas -ubicadas en la Formación McDermott, en el norte de Australia- y presentan el pigmento clorofila, que permite a los organismos absorber la luz solar durante la fotosíntesis. La presencia de clorofila bastó a los investigadores para determinar que la fotosíntesis se había producido en estos pequeños compartimentos, lo que significaría que el proceso evolucionó mucho antes de lo que se había podido demostrar hasta ahora.

Y eso probablemente ayudaría a explicar el Gran Evento de Oxidación. Los registros fósiles demuestran que hace unos 2.400 millones de años se produjo un enorme salto en los niveles de oxígeno atmosférico. Fue crítico para la existencia de la vida en la Tierra tal y como la conocemos y, aunque los científicos no están seguros de qué lo causó, una teoría es que fue más o menos en esa época cuando los organismos fotosintéticos evolucionaron y empezaron a existir en grandes cantidades. Al datar las células fosilizadas con los componentes necesarios para la fotosíntesis en una fecha lo más cercana posible a ese momento de florecimiento del oxígeno, los investigadores pueden dar un paso más hacia la comprensión del papel del oxígeno -y de las células que ayudan a crearlo- en los orígenes de la vida en la Tierra.

Por supuesto, el siguiente paso es seguir investigando. En concreto, el equipo se propone examinar células fósiles de todo el mundo para ver hasta qué punto coinciden con esta nueva cronología.

"Predecimos", escriben los autores, "que análisis ultraestructurales similares de microfósiles bien conservados podrían ampliar el registro geológico de fotosintetizadores oxigénicos y de ecosistemas tempranos débilmente oxigenados en los que se desarrollaron células complejas".

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