Sensores de medición astronómica confirman que la Luna se está alejando de la Tierra
La Luna es el próximo destino de la misión Artemis
de la NASA, pero también cuenta con su propia ración de curiosidades. Sabemos
cuánto se tarda en ir a la Luna y el motivo por el que a veces se observa de
día. Además, ahora te vamos a explicar el motivo por el que la Luna se está
alejando de nosotros.
Puede que te estés enterando en estos momentos, pero
la Luna no siempre ha estado a la distancia que se encuentra ahora de la
Tierra, que está estimada en unos 384.000 kilómetros. De hecho, cuando la Luna
acabó por acompañar a la Tierra, hace ya 1.400 millones de años, se cree que
ésta se encontraba a tan sólo 22.500 kilómetros de nuestro planeta.
Podrás comprender, por tanto, que el satélite se ha
ido alejando de manera progresiva y que esto ha significado importantes
variaciones en la vida en la Tierra. Sin embargo, ¿a qué ritmo se aleja la Luna
y cómo es posible que suceda este fenómeno?
Respondiendo a la primera pregunta, los astrónomos
estiman que la Luna se aleja de nuestro planeta a un ritmo de 3,78 centímetros
por año, lo que implica que el radio de su órbita va aumentando con el paso del
tiempo.
Y esto sucede debido a la Tercera Ley de Newton, que
descrita de manera sencilla se explicaría como que para cada acción hay una
reacción igual y en el sentido opuesto. Nuestro planeta rota, pero cada vez lo
hace a una menor velocidad, debido a la fuerza de rozamiento de mares y
océanos. Y dado que Luna y Tierra están unidas gravitacionalmente, nuestro
planeta afecta al satélite.
Es por ello que a medida que la Tierra rota más
lentamente, la Luna lo hace a mayor velocidad. Este incremento provoca un
aumento de la fuerza centrífuga, que tira del satélite hacia fuera de su
órbita, lo que implica que éste se vaya separando más y más de la Tierra.
Eso sí, no hay de qué preocuparse, dado que al ritmo
de distanciamiento actual los efectos sobre la Tierra tardarían miles de
millones de años en aparecer, algo que sucedería incluso más tarde que la
conversión del Sol en una enana roja, que acabará por engullir a gran parte del
Sistema Solar, incluidas la Tierra y la Luna.
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