La corriente circumpolar de la Antártica se formó más tarde de lo pensado

 

Un reciente estudio científico desafía las creencias anteriores sobre la formación de la Corriente Circumpolar Antártica (CCA), la corriente marina más grande del planeta, que juega un papel crucial en la regulación del clima mundial. Contrario a la creencia previa de que la CCA se había formado hace 34 millones de años, el nuevo trabajo sugiere que este fenómeno se completó más tarde, hace aproximadamente 14 millones de años.

Investigadores, encabezados por Carlota Escutia del Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra, utilizaron dos indicadores clave: el tamaño de los granos de arena en los sedimentos oceánicos y la ratio de isótopos de neodimio en los dientes y cabezas de peces fósiles. Estos indicadores revelaron que la intensidad de la CCA era significativamente menor hasta hace unos 14-12 millones de años, contradiciendo las teorías anteriores.

El tamaño de los granos de arena sedimentados indicó que el flujo de agua de la CCA era la mitad de la velocidad actual, y la ratio de isótopos de neodimio en los peces fósiles mostró diferencias entre los puntos estudiados, sugiriendo que la corriente no era tan intensa como se pensaba.

Dimitris Evangelinos, el primer autor del estudio, explicó que la CCA, actualmente la corriente más fuerte del mundo que conecta todos los océanos, tiene implicaciones globales para el clima del planeta. La investigación cuestiona la idea de que la CCA ha sido una barrera crucial que ha protegido la Antártida del calentamiento global, ya que una corriente más débil permitiría que aguas más cálidas se acercaran al continente antártico.

A pesar de sus hallazgos, los investigadores reconocen la necesidad de obtener más datos sobre la parte atlántica de la CCA para respaldar completamente su teoría. Dimitris Evangelinos se encuentra actualmente en el buque de investigación oceanográfica Hespérides, recuperando sedimentos del fondo del océano para obtener más información sobre la formación de la CCA y su impacto en el clima global. Este descubrimiento podría tener repercusiones significativas en la comprensión de los patrones climáticos pasados y presentes

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