Por qué no es buena idea comer lechuga en el espacio
No solo la lechuga. Cualquier tipo de verdura de
hoja verde suele ser una buena opción dentro de una dieta sana y equilibrada.
Para aquellos que buscan mejorar su salud, estos vegetales pueden desempeñar un
papel muy importante en la prevención de enfermedades y el mantenimiento de la
salud en general. Para quienes están en un proceso de control de peso, las
verduras pueden ayudar a crear comidas saciantes y ricas en nutrientes sin
agregar calorías excesivas. Por si esto fuera poco, la fibra de las verduras
puede ser particularmente beneficiosa para quienes necesitan mejorar la salud
digestiva.
Por ello, los astronautas también toman lechuga en
su dieta. La Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA)
incluyó la lechuga cultivada en el espacio dentro del menú de los astronautas a
bordo de la Estación Espacial Internacional hace ya tres años. Así, aparte de
su dieta espacial, los astronautas pueden degustar una especie de ensalada que
se cultiva en cámaras especiales a bordo de la ISS que tienen en cuenta los
factores y valores necesarios para que estas plantas prosperen.
Sin embargo, una nueva investigación publicada en la
revista Scientific Reports y en npj Microgravity pone sobre la mesa que quizá
no sea tan buena idea que nuestros astronautas ingieran lechuga cultivada en el
espacio.
Hay que partir del hecho de que la estación espacial
alberga numerosas bacterias y hongos patógenos (como E. coli y salmonela), lo
que supone un riesgo importante para la salud de los que allí residen
temporalmente. Los investigadores de la Universidad de Delaware cultivaron
lechuga en condiciones que imitaban el entorno de ingravidez a bordo de la
Estación Espacial Internacional y descubrieron que las plantas cultivadas en
estas condiciones de microgravedad (simulándola) eran más propensas a la
infección por salmonela.
Los científicos achacaron esta consecuencia a una
respuesta inusual en los estomas de las plantas, los pequeños poros
responsables del intercambio de gases o los poros en hojas y tallos que les
permiten respirar.
“El hecho de que permanecieran abiertos -los
estomas- cuando les presentábamos lo que parecía ser una tensión fue realmente
inesperado. De hecho, la planta no sabría en qué dirección está hacia arriba o
hacia abajo”, explicó Noah Totsline, exalumno del Departamento de Ciencias de
Plantas y Suelos de la UD y coautor del trabajo. "Estábamos confundiendo
un poco su respuesta a la gravedad".
Resulta que las plantas pueden sentir la gravedad
usando sus propias raíces y, curiosamente, esta reacción provoca que las
plantas de la lechuga sean más vulnerables a la invasión de salmonela, ya que
lo que observaron era que, en vez de cerrar los estomas para defenderse de un
factor estresante como una bacteria -que es lo que ocurriría en la Tierra-, lo
que hacían en condiciones de microgravedad simulada era todo lo contrario:
abrían por completo los estomas al presentarles este tipo de inconveniencia
ambiental.
Estos hallazgos resaltan un área crítica de
preocupación para la agricultura espacial: garantizar la seguridad alimentaria
en condiciones ambientales únicas. Y con miles de millones de dólares
invertidos cada año en la exploración espacial por parte de la NASA y empresas
privadas como SpaceX, poner en riesgo una misión por un brote de enfermedades
transmitidas por alimentos a bordo de la Estación Espacial Internacional no es
algo que deba ir dentro de la ecuación. Teniendo en cuenta que en la ISS viven
y trabajan unas siete personas a la vez y que el entorno, aunque no es
excesivamente reducido (es tan grande como una casa de seis habitaciones),
sigue siendo un lugar donde si aparece un germen, puede provocar estragos en la
tripulación.
"Necesitamos estar preparados y reducir los
riesgos en el espacio para quienes viven ahora en la Estación Espacial
Internacional y para quienes podrían vivir allí en el futuro", dijo la
coautora Kalmia Kniel, enfatizando la importancia de mitigar estos riesgos.
Dado que estas verduras son una fuente principal de alimento para los
astronautas y se pueden cultivar fácilmente en entornos controlados como la
ISS, garantizar su seguridad es primordial.
"No queremos que toda la misión fracase solo
por un brote de seguridad alimentaria", concluyen los expertos.
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