Una cámara trampa graba un raro Gato de Geoffroy en Chile
Una cámara trampa instalada en la Reserva Natural y Cultural Las Torres, registró a los tres ejemplares en uno de los senderos de trekking en rehabilitación.
Recientemente, una de las cámaras trampa instaladas
en la Reserva Natural y Cultural Las Torres, espacio dedicado a la preservación
de flora y fauna nativas, captó a tres peculiares felinos paseando en Torres
del Paine.
En el registro se puede observar a un espécimen del
gato de Geoffroy o Leopardus geoffroyi, nombre científico de la especie que es
considerada como uno de los cuatro gatos nativos más pequeños del mundo. De
tamaño similar a un gato doméstico, el gato de Geoffroy prefiere vivir en
bosques que le permitan trepar y jugar entre las ramas. En el registro también
se puede ver paseando libremente a dos pumas haciendo uso de los senderos
ubicados dentro de la reserva.
La presencia del gato de Geoffroy antes de 2019 era
extremadamente rara y muchos avistamientos previos a esta fecha eran poco
precisos para describir al pequeño felino, sin embargo, esta situación cambió
después que la especie fuese registrada transportando su alimento (un roedor
nativo) en el año 2019 con una de las cámaras trampa instaladas por la ONG AMA
Torres del Paine.
El video obtenido por las cámaras del Coordinador de
Sustentabilidad en AMA Torres del Paine, Héctor Parra, coincidió con la
temporada de rehabilitación y construcción de senderos peatonales dentro del
parque.
Confirmar su presencia fue un hito, ya que este
felino se transformaba en una señal positiva de la relación entre el turismo y
la fauna, pasando de la leyenda a la realidad.
Respecto al registro más reciente de los felinos, el
Coordinador de Sustentabilidad explica que tanto el Gato como otras especies
frecuentan este sendero en particular, ya que lo usan como corredor y mirador.
“(En el sendero) tienen mejor visual y es un buen lugar para que ellos puedan
cazar, entonces por eso ellos usan estos corredores de forma bastante
habitual”.
Previo a este hallazgo, un monitoreo de los senderos
de Torres en 2023 encontró unas 13 especies animales dentro del área. De las
especies identificadas en el trayecto el 75% (46) son nativas, mientras que el
25% (15) son introducidas, incluyendo 10 aves y 3 mamíferos, pertenecientes a 6
familias diferentes.
Nelson Bahamonde, líder en investigación y
desarrollo en Ama Torres del Paine, comenta que “para especies tan carismáticas
y sensibles a la presencia humana como el gato de Geoffroy, los senderos bien
planificados reducen la fragmentación de hábitats, propician el monitoreo y la
educación ambiental, reducen la perturbación y promueven los hábitats
saludables para la fauna”.Conservar estos senderos como parte del equilibrio
del ecosistema implica un compromiso en constante renovación en cada temporada,
con el objetivo de preservar este hermoso paisaje para que las generaciones
venideras puedan admirar las mismas maravillas que apreciamos en la actualidad.
Bahamonde también agrega respecto a los últimos
avistamientos, tanto en Las Torres como en otras áreas “que debemos considerar
que, así como en la sociedad las buenas conductas son la base de una relación
con nuestros pares, la condición se extiende con estas y otras especies.”
El experto cierra enfatizando en respetar la
coexistencia humana con la animal: “Nuestra presencia y encuentros forman parte
de las historias de vida de especies animales entre las que nos encontramos
nosotros también.”
Cada año desde 2015, entre los meses de noviembre y
marzo se realizan faenas de reconstrucción en el que participan expertos
extranjeros y voluntarios que han rehabilitado casi 4 kilómetros del sendero
Base Torres. El trabajo se extenderá por otros dos años.
La reconstrucción de senderos se realiza de manera
sostenible, minimizando la intervención y utilizando materiales locales y renovables
para reducir la huella de carbono. Además, estos proyectos involucran a las
comunidades locales, fomentando el intercambio cultural y generando ingresos
para pequeños operadores turísticos.
Mantener la vida de los senderos es una tarea
permanente, ya que su uso constante los expone de forma permanente a distintos
factores externos: la lluvia, el viento, el calor, el frío, el paso del hombre
y la fauna local.
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