Fotografían por primera vez el apareamiento de ballenas jorobadas (y es entre machos)
A pesar de ser objeto de estudio durante décadas, las ballenas jorobadas (Megaptera novaeangliae) siguen desvelando secretos que desafían nuestro entendimiento actual sobre su biología y ecología.
Por lo que
sabemos, tienen patrones migratorios anuales muy definidos que están
estrechamente relacionados con sus ciclos vitales, en particular con la
alimentación y la reproducción. Durante los meses estivales, estas majestuosas
criaturas se dirigen a las frías aguas polares. Este ambiente les ofrece una
abundancia de alimento, esencial para acumular las reservas energéticas que
necesitarán a lo largo del año.
Con la llegada
del otoño y el invierno, emprenden un largo viaje hacia aguas más cálidas,
situadas en las regiones tropicales. Este cambio de hábitat no es arbitrario;
estas aguas más cálidas ofrecen condiciones idóneas para que se lleven a cabo
sus rituales de apareamiento y gestación.
Los fotógrafos
científicos Lyle Krannichfeld y Brandi Romano capturaron el momento crucial
mientras se encontraban a bordo de un barco cerca de Maui.
En este contexto
de migración y reproducción, un aspecto que ha llamado poderosamente la
atención de la comunidad científica es el comportamiento sexual de las ballenas
jorobadas, especialmente en lo que respecta a la observación y documentación de
sus interacciones íntimas.
A pesar de las
extensas investigaciones llevadas a cabo sobre estas ballenas, los avistamientos
de extrusión del pene en los machos son inusuales, y los actos de copulación
raramente se han documentado.
Ahora, un estudio
publicado en la revista Marine Mammal Science ha sacado a la luz la primera
observación confirmada de una penetración durante el acto sexual entre ballenas
jorobadas. Más singular aún es el hecho de que este comportamiento se ha
observado entre dos machos, un fenómeno nunca antes reportado en la literatura
científica sobre estas ballenas.
El descubrimiento
tuvo lugar gracias a la presencia oportuna de dos fotógrafos científicos, Lyle
Krannichfeld y Brandi Romano, quienes capturaron el momento crucial mientras se
encontraban a bordo de un barco cerca de Maui. Sus fotografías han sido
compartidas con la líder del estudio, Stephanie Stack, investigadora de la
Pacific Whale Foundation.
El estudio de las
ballenas jorobadas ha avanzado significativamente en las últimas décadas,
gracias al desarrollo de nuevas tecnologías de seguimiento y la utilización de
drones. Además, la participación de turistas entusiastas y científicos
ciudadanos armados con cámaras ha proporcionado un número cada vez mayor de
observaciones valiosas.
Los estudios longitudinales
son especialmente cruciales, ya que permiten seguir a los mismos individuos a
lo largo de los años. La Pacific Whale Foundation, por ejemplo, ha estado
estudiando un mismo grupo de ballenas jorobadas en Hawái desde 1980, lo que ha
ayudado a producir uno de los catálogos de identificación fotográfica más
extensos del mundo para esta especie.
A pesar de las
extensas investigaciones llevadas a cabo sobre estas ballenas, los actos de
copulación raramente se han documentado.
En este caso
particular, los dos individuos implicados en el acto sexual ya estaban
registrados en el catálogo, lo que facilitó su identificación como adultos y,
en el caso de la Ballena A, su confirmación como macho. La observación de su
comportamiento sexual, que duró menos de dos minutos en cada sesión, aporta
datos valiosos sobre las dinámicas sociales y reproductivas de estas ballenas.
El comportamiento
sexual no reproductivo no es exclusivo de las ballenas jorobadas y se ha
observado en varias especies marinas y, también, terrestres. Por ejemplo, en
las albatros de Laysan, se ha observado el emparejamiento de hembras entre sí,
formando parejas que cooperan en la crianza de los polluelos.
Aunque estas
parejas femeninas producen menos descendencia que las parejas heterosexuales,
esta estrategia puede ser adaptativa cuando hay escasez de machos disponibles,
permitiendo a las hembras participar en la reproducción en lugar de no
reproducirse en absoluto.
Del mismo modo,
en palomas, se ha demostrado que, tras la eliminación experimental de machos en
colonias, se formaron parejas duraderas de hembras que lograron criar con éxito
a los polluelos de manera comparable a las parejas heterosexuales. Este comportamiento
sugiere que la formación de parejas del mismo sexo y la crianza cooperativa
pueden ser alternativas preferibles a la crianza sin pareja o a retrasar la
reproducción.
Incluso
encontramos estos comportamientos en gusanos, concretamente en el Macrostomum,
un género de turbelarios marinos hermafroditas. El apareamiento en esta especie
a menudo incluye un comportamiento recíproco donde ambos gusanos insertan su
estilo copulatorio en el otro.
Pero ¿cuál es la
razón detrás de este comportamiento específico en el caso de las ballenas
jorobadas? Las hipótesis son la práctica para futuros encuentros sexuales, el
establecimiento o mantenimiento de vínculos sociales, la reducción de tensiones
o la afirmación de dominancia.
Así pues, este
estudio no solo proporciona la primera evidencia documentada de comportamiento
sexual penetrativo entre ballenas jorobadas macho, sino que también se añade a
la infinidad de casos ya documentados donde tiene lugar el sexo no
reproductivo.
..
Comentarios
Publicar un comentario