Un camión causó la señal extraterrestre de Papúa en 2014
Supuestas ondas sísmicas ligadas a un meteorito que
impactó en 2014 al norte de Papúa Nueva Guinea fueron casi con certeza
vibraciones de un camión que retumbaba en una carretera cercana.
Es el hallazgo de una nueva investigación dirigida
por la Universidad Johns Hopkins, que plantea dudas de que los materiales
extraídos el año pasado del océano relacionados con el meteorito puedan ser de
origen "tecnológico extraterrestre", como planteó el astrofísico de
Harvard Avi Loeb.
"La señal cambió de dirección con el tiempo,
coincidiendo exactamente con una carretera que pasa por el sismómetro",
dijo en un comunicado Benjamín Fernando, sismólogo planetario de Johns Hopkins
que dirigió la investigación. "Es realmente difícil tomar una señal y
confirmar que no proviene de algo. Pero lo que podemos hacer es mostrar que hay
muchas señales como ésta y mostrar que tienen todas las características que
esperaríamos de un camión y ninguna de las características que esperaríamos de
un meteoro".
El equipo presentará sus hallazgos el 12 de marzo en
la Conferencia de Ciencia Planetaria y Lunar en Houston.
Después de que un meteoro entrara en la atmósfera de
la Tierra sobre el Pacífico occidental en enero de 2014, el evento se relacionó
con vibraciones del suelo registradas en una estación sísmica en la isla Manus
de Papúa Nueva Guinea. En 2023, los materiales en el fondo del océano cerca de
donde se pensaba que habían caído los fragmentos del meteorito (identificado
como de procedencia interestelar) fueron identificados como de posible origen
"tecnológico extraterrestre".
Pero según Fernando, esa suposición se basa en datos
mal interpretados y el meteoro en realidad entró en la atmósfera en otro lugar.
El equipo de Fernando no encontró evidencia de ondas sísmicas del meteoro.
"La ubicación de la bola de fuego estaba en
realidad muy lejos de donde fue la expedición oceanográfica para recuperar
estos fragmentos de meteorito", dijo. "No sólo utilizaron la señal
equivocada, sino que estaban mirando en el lugar equivocado".
Utilizando datos de estaciones en Australia y Palau
diseñadas para detectar ondas sonoras de pruebas nucleares, el equipo de
Fernando identificó una ubicación más probable para el meteoro, a más de 100
millas del área investigada inicialmente. Llegaron a la conclusión de que los
materiales recuperados del fondo del océano eran meteoritos diminutos y
ordinarios, o partículas producidas por otros meteoritos que chocaron contra la
superficie de la Tierra mezcladas con contaminación terrestre.
"Lo que sea que se encontró en el fondo del mar
no tiene ninguna relación con este meteoro, independientemente de si fue una
roca espacial natural o un trozo de nave espacial extraterrestre, aunque
sospechamos firmemente que no fueron extraterrestres", añadió Fernando.
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