Una nueva arma china sin precedentes puede eliminar bombarderos a 2.000 km de distancia
Investigadores de la Universidad Politécnica del Noroeste en China afirman haber desarrollado un misil tierra-aire (SAM) que puede eliminar aviones de combate enemigos a más de 2.000 kilómetros de distancia volando a velocidades hipersónicas, algo sin precedentes en la historia de la defensa aérea. Los científicos aseguran que este misil sería capaz de barrer del mapa incluso a los bombarderos ‘invisibles’ B-21 Raider —alias Cerbero— gracias al sistema de seguimiento óptico de los satélites de alerta temprana de Pekín.
El misil está construido sobre una nueva generación
de la tecnología hipersónica china que el Pentágono calificó en su día como
“arma inexplicable”, algo que fue lo suficientemente preocupante como para
declarar un nuevo “momento Sputnik”, en referencia al momento en que EEUU se
dio cuenta de la enorme ventaja que la Unión Soviética les sacaba en la carrera
espacial. Si es cierto lo dicen los científicos asiáticos, su arma supera
radicalmente a cualquier sistema SAM actual, que cuentan con un alcance de
decenas a varios cientos de kilómetros y una velocidad, como mucho,
supersónica.
Como apunta el diario hongkonés South China Morning
Post, la defensa aérea de ultra largo alcance se considera inviable hasta este
momento. Dirigido por Su Hua, el proyecto tenía como objetivo hacer posible lo
imposible y, además, hacerlo bajo requisitos limitados de coste de producción,
flexibilidad operativa, y un tamaño y peso reducido. El resultado es un misil
de 8 metros de longitud y 2,5 toneladas, lo que permite lanzamientos desde una
batería móvil.
El misil emplea un motor de cohete sólido para su
lanzamiento inicial, que permite que la segunda etapa de motor ramjet pueda
producir una propulsión sostenida en la atmósfera superior. Esta configuración
es similar al vehículo hipersónico Feitian-1, afirman los ingenieros, que
utiliza queroseno estándar. El misil en sí tiene una forma de planeador de ala
en v integrada con un ángulo muy pequeño. Esta parece ser una de las claves de
su gran alcance.
El misil está diseñado para atacar activos aéreos de
‘alto valor’, como aviones de alerta temprana —antes de que puedan participar
avisar sobre un ataque chino— y bombarderos como el B-1, B-2 y B-21,
impidiéndoles ejecutar ataques de largo alcance.
El Arrw se canceló en su momento, pero su desarrollo
volvió a arrancar. (USAF)
Si el misil funciona realmente como dicen, echaría
por tierra toda la ventaja aérea ofensiva de EEUU al negar la viabilidad
operativa de sus aeronaves de combate. El SCMP pone como ejemplo a los
bombarderos equipados con el arma de respuesta rápida AGM-183A ARRW, ahora
mismo el misil experimental más avanzado de los norteamericanos con un alcance
de 1.600 kilómetros a velocidades superiores a Mach 7. Al solo tener 1.600
kilómetros de autonomía, la aeronave norteamericana debería entrar dentro del
espacio de negación de 2.000 kilómetros de este nuevo SAM chino, exponiéndose a
ser derribado mucho antes de ejecutar un lanzamiento.
Si a esto le añadimos su afirmación de que el
sistema de guía del misil está integrado con los datos recogidos en tiempo real
por la red de satélites de reconocimiento Jilin-1, parece imposible que los
americanos puedan entrar dentro del área de negación aérea de Pekín. El
gobierno chino mostró un vídeo en el que supuestamente se mostraba un avión de
combate ‘invisible’ como el F-22.
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