La glaciación de la Antártida comenzó hace 34 millones de años
La glaciación
permanente de la Antártida comenzó hace unos 34 millones de años en su zona
oriental, pero tuvieron que pasar otros siete millones hasta alcanzar todo el
continente, lo que podría explicar por qué, en la actualidad, el hielo se
derrite más rápido, sobre todo, en la región occidental.
Un equipo de
investigadores publica un estudio sobre cómo y cuándo se formó la actual capa
de hielo de la Antártida, gracias a la recuperación de muestras geológicas únicas
y sofisticados modelos de modelización.
Los antecedentes de
la glaciación
Hace unos 34
millones de años, la Tierra experimentó la transición de un mundo de efecto
invernadero, con escasa o nula acumulación de hielo continental, a otro de
hielo, con grandes zonas permanentemente glaciadas. Este fue uno de los cambios
climáticos más fundamentales y que aún hoy influye en las condiciones climáticas
globales.
El actual
calentamiento global está haciendo que los hielos eternos de la Antártidia se
derritan más rápido de lo que se suponía, aceleración que se produce más en la
Antártida occidental. La raíz de este fenómeno podría estar en su formación,
según el equipo, encabezado por el Instituto Alfred Wegener (AWI).
Los investigadores
basaron su trabajo en un núcleo perforado del fondo marino frente a los
glaciares de Pine Island y Thwaites, en la costa del mar de Amundsen (Antártida
occidental), para establecer por primera vez la historia el inicio del
continente helado antártico.
El estudio indica
que no se encontraron indicios de la presencia de hielo en la región occidental
durante la primera gran fase de glaciación antártica.
Esto significa que “la
primera glaciación permanente a gran escala debió de comenzar en algún lugar de
la Antártida Oriental», mientras la otra permaneció sin hielo durante ese
primer máximo glaciar, según el líder del estudio, Johann Klages, geólogo del
AWI.
En esa época, la
región occidental estaba aún cubierta en gran parte por densos bosques de hoja
ancha y un clima templado-frío que impedía la formación de hielo.
La temperatura como
guía en la investigación
Para comprender
mejor dónde se formó el primer hielo permanente en la Antártida, los
modeladores paleoclimáticos combinaron los nuevos datos con los ya existentes
sobre las temperaturas del aire y del agua y la aparición de hielo.
Las condiciones
climáticas básicas para la formación de hielo permanente, según el estudio,
solo se dieron en las regiones costeras en la Tierra Victoria del Norte y desde
allí, la capa se extendió rápidamente hacia el interior de la Antártida
Oriental.
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Hubo que esperar
unos siete millones de años para que las condiciones permitieran el avance de
una capa de hielo hasta la costa occidental de la Antártida.
La investigación
también muestra que las dos regiones de capa de hielo reaccionan de forma muy
diferente a las influencias externas y a los cambios climáticos fundamentales.
La importancia y
conclusión de la investigación
«Basta un ligero
calentamiento para que el hielo de la Antártida Occidental vuelva a derretirse,
y ahí es exactamente donde estamos ahora», aclaró Klages.El estudio aporta así
nuevos conocimientos que permiten a los modelos climáticos simular con mayor
precisión cómo afectan las zonas permanentemente glaciadas a la dinámica climática
mundial, es decir, a las interacciones entre el hielo, el océano y la atmósfera.
Para Kalges, es de
crucial importancia, “sobre todo teniendo en cuenta que podríamos volver a
enfrentarnos a un cambio climático tan fundamental en un futuro próximo».
Los investigadores
pudieron llegar a estas conclusiones con la ayuda de un núcleo de perforación único
que recuperaron durante la expedición PS104 en el buque de investigación
Polarstern en la Antártida Occidental en 2017.
El equipo de
perforación MARUM-MeBo70 se utilizó por primera vez en la Antártida.
El lecho marino de
los glaciares Pine Island y Thwaites, en la Antártida Occidental, es tan duro
que hasta ahora era imposible llegar a los sedimentos profundos con los métodos
de perforación convencionales, por lo que se usó, por primera vez, el
MARUM-MeBo70, un nuevo equipo diseñado con ese cometido.
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