El Pentágono trata de cazar un OVNI que sobrevuela California

Hemos visto tantas películas con EEUU y sus servicios secretos, que, si la ficción fuera realidad, el mapa del país estaría plagado de puntos críticos donde se llevan a cabo misiones de alto secreto. La historia que se supo hace unos días podría ser perfectamente el guion de un film. Sin embargo, lo que ha ocurrido no solo es verdad, a esta hora sigue sin una respuesta clara de las administraciones.

Avistamientos en la Planta 42. El enclave es una rama de la Base de la Fuerza Aérea Edwards (AFB) que alberga proyectos de defensa de alto secreto para empresas como Boeing, Lockheed Martin y Northrup Grumman (además de ser un centro de pruebas de vuelo para la NASA). Dicho de otra forma, estamos ante una sede de proyectos avanzados de desarrollo aeroespacial militar.

Allí, hace unos días, comenzaron a darse una serie de noticias extrañas. Mientras los medios contaban que muchos residentes de Palmdale, California, habían informado de haber visto varios objetos no identificados en el cielo (lo que provocó la acción de la FAA), la historia coincidía con otra: una serie de informes del Pentágono hablaba de sistemas aéreos no tripulados (UAS) en torno a la Planta 42.

Confirmación oficial. Según se detalla en un informe del medio The War Zone, Mary Kozaitis, jefa de operaciones de medios de comunicación del 412th Test Wing en la base aérea Edwards, les confirmó que las restricciones de vuelo en el área por parte de la FAA se pusieron en marcha "debido al aumento de la actividad de los UAS". Otras bases estadounidenses también han experimentado actividad sospechosa de drones, incluida una situación calificada como “notable” en la base aérea Langley en diciembre que generó preocupaciones sobre el espionaje.

"Hemos observado múltiples actividades de UAS [sistemas aéreos no tripulados] sobre la Planta 42 durante los últimos meses. El número de UAS fluctuó y variaron en tamaño y configuración".

Restricciones de vuelo. La FAA no tardó en reaccionar y ahora mismo se han impuesto restricciones temporales de vuelo alrededor del aeropuerto de la zona, el mismo que comparte pista con la Planta 42, prohibiendo todas las operaciones de drones en un radio de varios kilómetros y hasta los 300 metros de altitud sobre el nivel del mar. Dichas restricciones estarán en vigor hasta el 15 de septiembre.

Información secreta. Hablamos de una instalación que alberga la división 'Skunk Works' de Lockheed Martin, o Programas de Desarrollo Avanzado (ADP), así como otros proyectos aeroespaciales secretos, incluido el programa del bombardero furtivo e “invisible” B-21 Raider. Dicho de otro modo, lo que se desarrolla y prueba dentro de las instalaciones tiene tal calado que puede ser objeto clave de actividades de espionaje.

Los primeros videos de supuestos avistamientos en Palmdale comenzaron a aparecer en las redes el pasado 17 de agosto, y aunque desde entonces se ha revelado que muchos de los clips eran falsos, la cantidad de incidentes inexplicables con drones que han estado ocurriendo alrededor de las instalaciones militares de EEUU es motivo de preocupación para la administración por un motivo clave.

Espionaje. Además de la base AFB, también se ha informado de que los buques de la Armada de EEUU han experimentado vuelos de enjambres de drones, lo que aumenta la probabilidad de que todos estos avistamientos sean algún tipo de actividad de espionaje estatal. El gobierno generalmente ha tratado de restar importancia a los incidentes y, de hecho, se ha mantenido en silencio sobre los recientes avistamientos de Palmdale.

Mientras la FAA ha desplegado varias medidas para tratar de dar caza a lo que sea que merodea la zona y averiguar de qué se trata, el Pentágono y otras agencias gubernamentales parecen deslizar que detrás de estos movimientos hay alguna gran potencia, quizás China, usando algún tipo de dispositivo (o incluso uno los conocidos globos atmosféricos).

Según Kozaitis, “ahora estamos monitorizando la situación para determinar si hay alguna intención maliciosa e, incluso si no la hay, estamos tratando de averiguar quién o por qué se están llevando a cabo estas incursiones. Aunque no hemos recibido informes oficiales de fenómenos aéreos no identificados, es muy probable que cualquier fenómeno en nuestra área sean pequeños sistemas aéreos no tripulados, o drones”, zanja.

El desafío de los drones. La principal sospecha no es nueva en el sector. Los drones se han convertido en una especie de molestia para los aeropuertos desde que los más asequibles llegaron al mercado. Ha habido varios casos de interferencia de drones en los principales aeropuertos del mundo, incluido el famoso caos que se dio durante las vacaciones de la Navidad de 2018 en Londres Gatwick (LGW) que obligó a cancelar cientos de vuelos.

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